2018

Cómo trabajar fotografías con un equipo extranjero y no morir en el intento. Recuento de un proyecto de catalogación de un álbum familiar en Yucatán

CIESAS, Unidad CDMX

La fotografía es un trazo químico del pasado, la historia embalsamada, el tiempo resucitado. (J. Mraz, 1985). [1]

Un día del año 1905, Wilhelm Schirp Laabs, joven alemán de 19 años de edad emigró a Mérida, Yucatán, junto con su medio hermano Pedro para trabajar en la planta eléctrica de la compañía alemana Siemens & Halske, entonces con sede en Berlín. Wilhelm trabajó como cajero general y contador durante 28 años (durante varias administraciones) y Pedro como gerente de la compañía. Wilhelm, don Guillermo se casó en 1918 con Gertrudis Milke y Milke, de familia alemana avencidada en Mérida. No había muchos emigrantes alemanes en Yucatán entonces; se ha estimado que “entre 1876 y 1914 vivieron permanentemente 188 miembros”  alemanes de la generación migrante (Durán-Merck, 2015b:125) siendo el año 1911 cuando más alemanes -80- llegaron atraídos por razones laborales.


El Sr. Wilhelm Shirp y Sra. Foto de estudio. Foto 01-176

Los Schirp-Milke tuvieron 2 hijos vivos y ese fue el inicio de una estirpe familiar de yuca-alemanes cuya quinta generación sigue viviendo en Mérida y alrededores.[2] La señora comenzó, en 1933, un negocio de carnes y embutidos (que continúa a la fecha) además de pasteles y ensaladas, cuando su marido salió de la planta de Siemens. Ochenta años después, cuando viví en Mérida, yo compraba algunas viandas en las temporadas navideñas, sin sospechar que el apellido Schirp iba a acompañarme en un trabajo académico años después.

El Sr Schirp había estudiado algo de fotografía en Alemania y durante varios años se dedicó a fotografiar y revelar sus propias fotos en varios escenarios yucatecos, especialmente en Mérida. Con sus fotos hizo un pequeño álbum básicamente familiar, con vistas de Mérida, del interior de la fábrica Siemens y de algunas amistades, que recibieron en herencia sus descendientes, lo guardaron y le agregaron algunas fotos, también familiares. Ese álbum lo descubrió en una visita la académica Alma Duran-Merk, mexicano-alemana del Departamento de Antropología de la Universidad de Augsburgo quien hacía una investigación de los alemanes en Yucatán, y había ido a entrevistar a la familia. El álbum le encantó y poco después, 2013, lo obtuvo en donación de la familia para ser resguardado, catalogado e investigado en la Universidad de Augsburgo con la idea de poner en valor el legado de Wilhelm Schirp como fotógrafo aficionado. A iniciativa de investigadores de la universidad alemana, se formalizó un proyecto de colaboración entre antropólogos e historiadores, mexicanos trabajando en CIESAS en la ciudad de Mérida y en la ciudad de México, y alemanes de Augsburgo, para estudiar y catalogar el álbum familiar. El proyecto fue auspiciado en ambos países por instituciones oficiales, el Conacyt en México y el Servicio Alemán de Intercambio Académico y duró dos años a partir de 2015. El proyecto que no significó un trabajo de tiempo completo para los equipos, incluyó dos visitas a cada país para discutir los avances de interpretación y contextualización de fotos y fue concluido por la parte mexicana en febrero de 2017. La Universidad de Augsburgo tiene el plan de poner en línea reservada el catálogo para ser consultado previos permisos.[3]

Puntos de partida del proyecto.-   Cada equipo nacional hizo un proyecto para someterlo a las diversas instancias locales cuyo apoyo se requería (DAAD y Conacyt, respectivamente) y en ellos se describían los objetivos, metas, cronograma, los investigadores y su experiencia, así como sus puntos de partida para enfocar el trabajo. Cabe señalar que no hubo un verdadero intercambio académico ni discusiones entre los equipos antes de escribir los proyectos. La encargada del subequipo residente en Yucatán fue quien sostenía las relaciones epistolares con los colegas del equipo alemán y refería al resto del equipo mexicano lo acordado con los alemanes en términos más bien burocráticos. El equipo de la parte alemana (dos investigadores y dos estudiantes) había estudiado en Europa y en Estados Unidos de América, y su experiencia incluía estudios sobre migración, representaciones visuales sobre modos de vida, el papel de la vestimenta y el lenguaje corporal en las representaciones fotográficas. Su proyecto concebía a la fotografía como documento social y objeto de afecto e importaba no sólo entender la temática de las fotos en sí mismas, sino narrar el ambiente social que rodeó al fotógrafo al tomarlas. Esto significa que ambos equipos trabajando juntos podrían “reconstruir” la biografía de cada foto.[4]

La parte mexicana (dos investigadoras y cuatro estudiantes) quienes habían hecho sus estudios en México y una en Francia, se dividió en dos subequipos, uno residente en Mérida con una investigadora historiadora y tres alumnos de posgrado. Tenían experiencia en estudios históricos de Yucatán y sobre arquitectura regional; no tenían experiencia en estudios con imágenes. El otro subequipo (una investigadora antropóloga y un becario antropólogo) residía en la ciudad de México [5] la primera con experiencia en estudios de migración, de antropología del trabajo, culturas populares y antropología visual, y el segundo con experiencia en estudios regionales y en estudios con imágenes.  El proyecto de la parte mexicana concibe las imágenes como fuentes primarias para la investigación social, como documentos visuales portadores de información relevante que pueden ser utilizados para describir y analizar eventos sociales e históricos, modos de vida, costumbres y paisajes culturales (resultado de las interacciones sociales con el entorno físico y cultural). Con la ubicación de las imágenes en sus tiempos y espacios, autores y circunstancias, se considera posible reconstruir los usos sociales de las imágenes, los estereotipos a que dieron lugar y las selecciones que hacían los fotógrafos, artistas plásticos y cineastas. Las imágenes para ser concebidas como documentos pueden construirse con información pertinente producto de las respuestas a las preguntas adecuadas, para hacer la biografía de la imagen como fuente primaria, la que, junto con fuentes literarias y orales, son capaces de dar cuenta de interpretaciones de procesos sociales y culturales.[6]

En apariencia, los enfoques tenían algunas similitudes y sin embargo, y como detallaré más adelante, las diferencias emergieron en la organización del trabajo y en la construcción de las interpretaciones de las fotografías donde tuvo un peso importante la desigual formación y experiencia de los académicos, la poca discusión de los términos de la catalogación y a veces, en formas no muy sutiles,  la imposición de la perspectiva alemana.

El álbum.-  El equipo alemán, una de cuyas participantes ya había hecho trabajo de campo en Yucatán y había escrito su tesis de doctorado sobre la migración alemana a dicho estado, viajó con este proyecto a Mérida en febrero de 2015, mientras que el equipo mexicano se integró a con el equipo alemán en diversas fechas de ese año.[7] Para entonces el trabajo realizado en la Universidad de Augsburgo incluía la digitalización del álbum, el diseño de las entradas en un borrador de catálogo y la descripción de cada foto en una manera muy particular y sintética: se escribía lo que se veía en la foto (en forma denotativa como dirían comunicólogos semánticos), por ejemplo, “señor sentado en una silla”  y en algunas se incluían supuestos estados emocionales de quienes posaban, como el tipo de mirada y el sentimiento que mostraba (tristeza, lejanía, etc.);   también se cometían algunos errores por falta de información histórica yucateca. La página Excell con el borrador del catálogo se subió en la página de la biblioteca digital de la Universidad alemana para ser llenado por los miembros de ambos  equipos con información para cada entrada.[8]   Pero el acceso de los mexicanos a las fotografías y a otras informaciones que conocía el equipo alemán fue muy desigual.

Los mexicanos no conocimos las fotografías sino hasta próximo a terminar el primer año del convenio y de hecho el álbum propiamente dicho no lo conocimos todos.  A partir de octubre de 2015 cuando tuve acceso a las fotos en línea, éstas sumaban 238 aunque en un artículo, los alemanes hablaban de 283. Al final, el álbum resultó tener 1195 imágenes de las cuales 804 eran tarjetas postales que la familia había recibido en varios años y 319 fotos de las que 59 eran etiquetas manuscritas por el fotógrafo con el nombre del lugar o tema de la foto.[9]  Se trata pues de una colección pequeña que además estaba organizada por el fotógrafo aficionado quien anotaba la velocidad a la que sacaba las fotos y el tema y lugar de captura de la imagen, datos que la mayoría de las colecciones no incluyen; pocas veces incluía la fecha de la toma. Así, la pequeña colección  aparecía a primera vista muy manejable para su catalogación y contextualización, sobre todo si se la compara con otras locales, como la que guarda el Archivo Guerra de la Universidad Autónoma de Yucatán o  la Biblioteca Digital Yucatanense, y las que hicieron fotógrafos, exploradores y antropólogos en Yucatán en la misma época y que suman varios miles.

Cuando conocimos los temas de la colección Schirp, unos miembros del equipo mexicano pensamos que era necesario investigar sobre el contexto de algunas de las fotos que se nos repartieron, (por ejemplo, la industria yucateca en la etapa que fotografió Schirp o las relaciones entre los trabajadores yucatecos y los alemanes, etc.) pero pronto nos dimos cuenta en las cuatro reuniones presenciales celebradas que el proyecto solo contemplaba el estudio más bien descriptivo de las fotografías.[10] Y, si acaso, anotar bibliografía  y enlaces ad hoc para ampliar el conocimiento de lo que mostraban las pequeñas descripciones y que fue la labor en la que participó mayormente el equipo mexicano.

El encuentro de los equipos. -  Desde el principio afloraron varias diferencias entre los equipos. Internamente, el equipo mexicano tenía en general, salvo dos investigadores, muy poca experiencia trabajando con colecciones fotográficas, a no ser la usual utilización de las imágenes como ilustraciones de sus textos y, sin la perspectiva de acercarse a las fotos como documentos susceptibles de ser construídos como tales para interrogarlos. Lenguaje común no existió entre los miembros del equipo mexicano. Las lecturas teórico-metodológicas sobre el tema de las imágenes y sus colecciones no eran compartidas pero tampoco con el equipo alemán. Si bien entre los tres profesionistas y dos estudiantes del equipo alemán parecía haber un mayor conocimiento del tema fotográfico, no había experiencia de catalogación y la bibliografía utilizada era muy diferente a la que manejaba el equipo mexicano. A eso se añadía la necesidad de usar el inglés en las conversaciones y cartas; ni los mexicanos hablábamos alemán ni los alemanes, con una excepción, hablaban español y el inglés de los mexicanos no era del todo suficiente. En las discusiones y en los primeros ejemplos de catalogación que se ensayaron, quedaron de manifiesto los enfoques muy diferentes que se usaron.

Veamos un ejemplo con la visión del equipo alemán tanto en la definición de los campos como en las preguntas a incluir en la investigación de las fotos:

Una pequeña serie de fotografías que van de la num 01-021 a la 027 que captó el Sr. Schirp en el interior de la planta Siemens, tienen, como todas las fotos del álbum, una pequeña descripción del autor, en este caso el tema era la maquinaria de la empresa de electricidad y algunos obreros. La descripción de la imagen hecha por el equipo alemán para el catálogo dice, en un caso: “Tres obreros de cuello azul parados junto a una gran máquina en la planta S. & H. en Mérida.”, u “obreros parados junto a una gran rueda”; en otra dice “cuarto de máquinas con cuatro trabajadores que no parecen felices ni contentos”. El tipo de información técnica anotada señala que es una foto tomada en horizontal, vista neutral, sobreexpuesta, las medidas de la foto y el GPS. Para nosotros en el equipo mexicano, las preguntas que importaba hacer a las fotos tenían que ver con el tipo de maquinaria que se veía, si eran generadores, alternadores u otro; para qué servían, los horarios de trabajo, el parecido o no de la ropa de trabajo con la que usaban otro tipo de obreros, los salarios que esos obreros ganaban, fecha posible de la foto, consumidores de energía eléctrica en Mérida, competidores de Siemens, etcétera. En resumen, con una perspectiva diferente hacíamos una pequeña investigación, en el caso de esta serie, sobre historia tecnológica e historia de la electricidad en México, para encontrar una mini-biografía o el contexto particular de cada una de las fotos en cuestión. Los hallazgos muy resumidos debían anotarse en inglés en el catálogo además de anexar la bibliografía y los enlaces sobre el tema que pudimos encontrar. En vista de que el total de fotos fue dividido para su estudio entre los integrantes de los equipos, no hubo suficiente tiempo para confrontar interpretaciones con todos los miembros sobre las mismas imágenes . En las reuniones se lograba, a veces, hacer una discusión sobre las contextualizaciones que escribíamos los diferentes integrantes y hacer un intento de confrontación de fuentes para estar seguros de la veracidad de la descripción. Hubiera sido ideal entrevistar a varios cronistas yucatecos pero no se hizo. Sin embargo, las anotaciones que hacíamos los mexicanos muchas veces no fueron incluidas o lo fueron tardíamente, o bien fueron recortadas en el catálogo en línea; la bibliografia, si fue tomada en cuenta. En una aventurada suposición, se podría pensar que ni como informantes resultamos muy confiables los mexicanos. Y esa percepción (no necesariamente compartida con el resto del equipo mexicano) la tuve desde el principio de los encuentros; me resultaba claro que los investigadores mexicanos fungíamos más como ayudantes para llenar su catálogo, que como personas capaces de proponer otras descripciones, otras entradas al catálogo, otras discusiones. Hubo discusiones que debieron haber tenido lugar y habría sido fructífero para el trabajo si la investigadora que había escrito su tesis de doctorado sobre la emigración alemana nos hubiera compartido sus hallazgos al principio de los trabajos, pues hay en esa tesis algunas cuestiones interesantes sobre los comportamientos de las primeras generaciones de migrantes alemanes y su estratificación por clase o categoría profesional en cuanto a sus tipos de trabajo, de vivienda, patrones de nupcialidad, de gustos, de relaciones sociales, aunque la información no iba más allá de 1914. Pero ese escrito, y otros que publicaron en alemán e inglés los conocimos tardíamente, al menos el subequipo de la ciudad de México. Las relaciones estaban mejor establecidas entre el equipo alemán y el de Yucatán. De esa manera, la poca información biográfica sobre el fotógrafo amateur tardó más de un año en circular entre el equipo mexicano (Durán-Merck, 2015b:125) cuando para el equipo mexicano, era de suma importancia saber de la vida y milagros del señor para ubicarlo como autor de sus fotografías y relacionar esa vida particular con la recreación del contexto social de las fotos. En otras palabras, para “resucitar” la foto haciendo su biografía. Pero este objetivo básico del proyecto conjunto no llegó a realizarse cabalmente.


Interior de la planta eléctrica de Siemens. Sala de máquinas, generadores,. Foto 01-21

Un dato interesante de la vida de Schirp es que fue enviado como “concentrado” a la ciudad de México en 1942 donde murió en 1948. Un escrito de Alma Durán (2015a: 9) dice que Schirp recibió la notificación de viajar a la ciudad de México al igual que muchos residentes alemanes cuando México entró a la Segunda Guerra Mundial (en otro artículo -2015b:145- incluso dice que todos los varones alemanes fueron obligados a reubicarse). Sin embargo, las investigaciones sobre este tema muestran que, en realidad, con la declaración de guerra a Alemania, se establecieron preceptos contra los ciudadanos de países del Eje sospechosos de ser simpatizantes o militantes nazis mientras durara el estado de guerra además de la suspensión de garantías como “la concentración por tiempo indefinido de extranjeros y el internamiento”. (Carlos Inclán Fuentes, 2013: 83,87).[11]  Incluso con la información que la misma investigadora Duran escribió (2015b:145) sobre la existencia de una división en Mérida del Partido Obrero Alemán Nazi, no se pudo dar una discusión, ni siquiera superficial, sobre este tema con el equipo alemán. No sabemos si Schirp fue o no simpatizante nazi, sin embargo, la empresa Siemens sí fue colaboradora con los nazis al grado que abrió una planta en Auschwitz con trabajo esclavo.[12]

Los temas del álbum de fotos.-  La mayor parte de las fotos en el álbum fueron tomadas entre 1905 y 1913; de hecho una tercera parte es de 1913 reunida en una sección aparte que Schirp títuló “tomas de Mérida, Yucatán”; hay otras posteriores cercanas a 1914, 1934, 1937 y otras  tomadas por otros miembros de la familia y algunas fotos de estudio luego de la partida del Schirp a la ciudad de México.

Los temas preferidos de Schirp, como puede verse en la gráfica, no son muchos. Tratándose de un álbum tan pequeño, si agrupamos los temas que tienen diez fotos o más, la ciudad de Progreso, las figuras políticas (visita del presidente Madero o de candidato a gobernador de Yucatán) y diversas personas en las calles tienen de 10 a 12 imágenes; un carnaval en Mérida, zonas arqueológicas y los pueblos de Telchac y Acanceh tienen de 16 a 19; la planta Siemens tiene 19, las casas ricas y las haciendas de amigos tienen 25 y diversas vistas de Mérida (parques, calles, colonias) tienen 26. Las fotos de los familiares se llevan el mayor número, 64; tratándose de un álbum familiar esto es natural. Las fotos con personas son casi todas posadas.


Casa maya en Mérida. (“casa de nativo indio”). Foto 01-66

Llama la atención que, como extranjero en Yucatán, donde todo el ambiente debe haberle resultado exótico, no le haya interesado mucho registrar formas de vida que lo rodeaban. Aunque su nieto escribió que Schirp hablaba inglés, alemán, italiano, francés, español y maya (que aprendió para tratar con proveedores de madera para la empresa) y “tocaba el piano con mucho sentido” lo que puede hacer pensar en una persona sensible, no aparece en sus fotos ninguna relación con lo maya, de abrumadora presencia aun hoy día. Hay cinco fotos de la típica casa maya, unas cuantas chozas en Telchac, y un par de fotos no posadas de trabajadores portuarios en Progreso que muestran un cierto movimiento así como vestimenta y posturas propias del trabajo de carga y descarga en los muelles. Pero no fotografió alguna fiesta popular, fuera del carnaval mencionado, o temas relacionados a la música, bodas, ceremonias agrícolas, mercados, venta de comida, tiendas, o cines, por ejemplo. Tampoco visitó otras ciudades de la península, fuera de Campeche, ni hay registro de extranjeros en Yucatán (fuera de un grupo de alemanes y de sus compañeros de trabajo) cuando en esa época vivían muchos artistas cubanos y trabajadores coreanos y chinos. También fueron años con varios cambios políticos previos y posteriores a la llegada de Salvador Alvarado como enviado de Carranza en 1915. Época rica en sucesos trascendentes que tuvieron que ver con movimientos obreros, organización sindical de trabajadores, de mujeres, de maestros; con cambios en las haciendas, en las escuelas y en las expresiones artísticas. Y luego con etapas de represión y desórdenes que duraron hasta la presidencia de Lázaro Cárdenas quien en 1937 visitó Yucatán y repartió haciendas. De esto no hay huella en el álbum de Schirp. No podemos especular sobre las razones que tuvo Schirp en sus selecciones y su falta de interés en temas políticos, sociales y culturales de la Mérida que vivió.  Una posible respuesta puede encontrarse en la tesis de doctorado de Durán-Merck cuando refiere que con el inicio de la Primera Guerra Mundial disminuyó la migración alemana a Yucatán y en esa coyuntura la Federal Bureau of Investigation (FBI)  infiltró agentes en los puntos de reunión de aquellos alemanes (Club Alemán creado en 1915, clubs sociales de hombres)   que los Estados Unidos consideraban simpatizantes de las potencias centrales (coalición alemana-austrohúngara). Ello quizá influyó en que la población residente se haya retraído en sus actividades públicas. También puede haber ayudado el que la Revolución Mexicana comenzó a llegar a Yucatán y podría haber existido cierto temor por el futuro de la sociedad yucateca conocida por los migrantes.[13]  Si la mayoría de las fotos de Schirp fueron tomadas entre 1905 y 1913 ello quizá podría significar que para los alemanes fue un período “tranquilo” en Yucatán; la información que brinda Duran-Merck en su tesis informa que, siempre de acuerdo a su estrato social, convivían en algunos lugares públicos y en excursiones que organizaban con sus familias con guías tan reconocidos como Teobert Maler, otro fotógrafo que hizo exploraciones arqueológicas y tomó, a diferencia de Schirp, infinidad de registros fotográficos de ellas.

Lo que se deduce de los temas preferidos de Schirp es que no tenía inclinaciones por hacer registros fotográficos que fueran más allá de su entorno inmediato especialmente familiar, amistoso con ricos hacendados y de compañeros de oficina.


Buque “Nacional” descargando, Progreso, Foto 01-218


Hacienda del Sr. Ortega. Foto 01-124 


Hacienda San José, foto 01-123 


Familias alemanas en Mérida, 1913. foto 01- 160

El legado fotográfico de Schirp y la investigación histórica.-  Indudablemente, y este es ya un lugar muy común, las fotografías de un álbum familiar tienen, para la familia que lo conserva, un significado importante, pues las imágenes retienen momentos de eventos, episodios, escenarios,  paisajes y, sobre todo, personajes, que tienen que ver con su historia personal y la nostalgia.  Pero ¿qué interés podría tener un investigador social en este álbum? Al cual, como dijo John Mraz, el mejor uso que se le puede dar es “recuperar el contexto vivo del que procede la foto y así reconstruir ese enlace dialéctico entre el pasado y sus huellas” (Mraz, 1985).

Un investigador social posiblemente podría hacer estudios de la familia y de un árbol genealógico que es la originalidad que contiene el álbum, con la virtud de que puede entrevistar a los actuales herederos. O bien comparar las pocas fotos de las haciendas y los vestuarios y vehículos de los ricos ocupantes con otras colecciones; o llenar huecos, si los hubiera, en colecciones mayores ubicadas en archivos públicos yucatecos, como la maquinaria de una empresa alemana y sus primeras instalaciones.  Y esa, encuentro yo, es una aportación del álbum: la serie con los registros del interior y exterior además de alguna construcción en proceso de la fábrica Siemens mientras él trabajó ahí; no se conocen otras de ese tema. Unas pocas fotos muestran la participación de los alemanes de Siemens en la vida cultural local, aquellas que registran carros alegóricos con el sello de la empresa.

El álbum no tiene mucho interés etnográfico original; sus fotos de casas, calles, parques, desfiles y el carnaval son vistas archi fotografiadas en la misma época por los incansables viajeros que pasaron por Yucatán, amén de los enormes registros etnográficos y arqueológicos que existen para la zona.

Si bien para un investigador de imágenes susceptibles de convertirse en documentos a interrogar no son desdeñables los álbumes familiares como el de la colección del Sr. Schirp, su valoración depende de los intereses de investigación y de la perspectiva de interpretación a usar. Y en ese sentido si que puede haber colecciones más sencillas o pobres que otras. Es evidente que la Universidad de Augsburgo le dio a la colección Schirp una calificación muy alta en la tabla de valoraciones aunque no fue tema de discusión dentro del proyecto el de los criterios de valoración.    Me parece que se puede enmarcar ese interés en la moda actual de los archivos que “descubren” los investigadores, a veces por azar, con criterios más de tipo nostálgico, como ilustración de sus escritos e incluso atribuyendo estados psicológicos o emocionales a los fotografiados, que como fuentes de indagación histórica. Al objeto hallado se le apropió a la manera de la vieja antropología que convertía su, generalmente pequeño, lugar de trabajo de campo en coto privado, otorgándole un supuesto valor patrimonial del que era descubridor y administrador.

Por lo que respecta al trabajo colectivo de los equipos binacionales, el aspecto más positivo fue la oportunidad de los participantes alumnos de viajar a Alemania y al menos conocer durante pocos días muestras de la cultura del personaje que había sido el centro del trabajo a través de la colección fotográfica que reunió. Y, por otro lado, la oportunidad de las alumnas alemanas de conocer el paisaje yucateco en vivo.

En otros aspectos, hasta ahora la colección no ha cumplido con las expectativas de un verdadero catálogo. Cuando más hay un inventario digitalizado con muy poca información de contexto y poca o ninguna discusión. El proyecto fue concebido por el equipo alemán y también controlado por él. Los propósitos del proyecto original de “analizar, clasificar, contextualizar, archivar y proponer modos de conservación de la colección fotográfica” no se realizó por los equipos en conjunto y no ha servido, más que en una mínima expresión, como propulsor de una indagación histórica.[14] Me parece que los puntos débiles del trabajo que tuvo lugar, fueron la falta de comunicación real entre los equipos lo cual incluye la poca importancia que se le dio a la circulación de la información biográfica del autor de las fotografías,  la falta de un lenguaje y preparaciones comunes, o, al menos, complementarios y la poca discusión que se hizo sobre tantos temas importantes que sucedían en Yucatán en la época en que el fotógrafo amateur captó escenas que le interesaron y que hubieran podido darle al catálogo un telón de fondo mucho más vivo que la somera y literal descripción de una foto.

 

BIBLIOGRAFIA

  • Buggeln, Marc, Das System der KZ-AuSzenlager, Krieg, Sklavenarbeit und Massengewalt, Friedrich Ebert Stiftung, Bonn, 2012.
  • Durán-Merk, Alma (2013), In our sphere of life: The case of the German speaking Immigrants in Yucatán and their Descendants 1876-1914. Tesis de doctorado, Universidad de Augsburgo, Alemania.
  • Durán-Merk, Alma,(2015a) “How a German-Yucatecan Photographic Collection came to Augsburg” en Revista AVN (Augsburger Volkskundliche Nachrichten), num 41, nov 2015, Universität Augsburg.
  • Durán-Merk, Alma, “Inmigrantes de lengua alemana en Yucatán: Diferenciación e Integración”, en: Ojeda, Jorge Victoria y José Juan Cervera (eds y comps), Yucatecos de otros rumbos, Gob. del edo. de Yucatán,  Mérida, (2015 b), pp 109-147.
  • Inclán Fuentes, Carlos, Perote y los nazis, UNAM/Gob. De Veracruz, México 2013.
  • Mraz, John, “La fotografía histórica”, Nexos, julio de 1985
  • Novelo, Victoria (coord.), Arqueología de la industria en México, Museo Nacional de Culturas Populares, SEP/Cultura, México, s/f [1984].
  • Novelo, Victoria, Yucatecos en Cuba; etnografía de una migración, CIESAS/Gob. del estado de Yucatán, 2009.
  • Rodríguez Jiménez, Pablo, “Retratos de familia, una manera de hacer historia: Imágenes visuales del entramado social”, Biblioteca virtual, Banco de la República, actividad cultural, Credencial histórica #84, Bogotá, Colombia 1996 en: http://www.banrepcultural/org/node/32426
  • Schirp Milke, Juan Edwin Arthur, (hijo de W. Schirp) Memorias, ms,  libro 1, Mérida, enero de 2004.
  • Schuler, Friedrich,  "Alemania, México y los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial" en Secuencia, Num 7,  enero abril 1987
  • https://media.bibliothek.uni-augsburg.de/?cfold=237205&dir=237205&id=237205

 

[1] Una versión previa de este artículo fue presentada como ponencia en el IV Congreso Mexicano de Antropología Social y Etnología, Querétaro, Qro, 11-14 de octubre de 2016.

[2] “Anécdotas y chucherías. La verdadera historia de los Milke”, notas biográficas de Juan Edwin Arthur Schirp Milke, hijo de Wilhelm Schirp Laabs , agosto 2003. Manuscrito. La familia Schirp-Milke y sus ramificaciones se mestizaron con yucateco(a)s. La señora Milke murió en Mérida a los 95 años en 1982 y el Sr.Schirp murió en la ciudad de México en 1948 a los 63 años.

[3] A mediados de 2018, el catálogo aún no está en línea. El responsable académico del equipo alemán escribió, con gran frustración, que existían varios problemas técnicos en la Biblioteca de la Universidad de Augsburgo, donde están ubicados los medios electrónicos, que han retardado la puesta en línea del catálogo Schirp. Se puede navegar temporalmente en la siguiente dirección electrónica:
https://media.bibliothek.uni-augsburg.de/?cfold=237205&dir=237205&id=237205

[4] Proyecto “ Multiple perspectives by archiving shared visual heritage” DAAD Deutschen Akademischer Austausch Dienst, en español, Servicio Alemán de Intercambio Académico. 2014.

[5] La autora fue responsable técnico del proyecto por la parte mexicana ante Conacyt y por la parte alemana lo fue el antropólogo Günther Kronenbitter.

[6] Proyecto  “Perspectivas múltiples en la catalogación y archivo de una herencia visual compartida”, Conacyt, Cooperación bilateral, Proalmex, México, 2014.

[7] Alma Durán-Merck (2013). La tesis es un acucioso y esmerado estudio sobre muchos de los temas que rodearon la vida de los alemanes mientras vivieron en Yucatán. Se basa en un estudio de campo y el registro de numerosa documentación archivística y bibliográfica. Da cuenta de las diferentes generaciones de alemanes que arribaron a Yucatán desde el siglo XIX y hasta los años previos a la primera guerra mundial. Brinda información censal, las categorías socio-profesionales de los emigrados, sus lugares y tipos de vivienda; las empresas importantes que dirigieron; los lugares de trabajo; las instituciones que crearon y el tipo de actividades que realizaban de acuerdo a su estrato social; los matrimonios, la religión y algunas costumbres familiares. 

[8] Universitätsbibliothek Augsburg – Medienserver. Lehrstuhl für Europäische Ethnologie/Schirp. Las entradas incluian números de referencia –de foto-, el tema, la fecha, una mínima descripción de la imagen, palabras clave, referencias bibliográficas. Información que escribió el fotógrafo y la entrada más grande era la de “comentarios” donde debía escribirse una descripción más completa de cada foto. En una versión posterior se incluyeron temas técnicos (GPS, formato de la captura, tiempo de exposición).

[9] En la numeración consecutiva, el catálogo digital llega al número 393 de las que 319 son fotografías y el resto etiquetas que también fueron digitalizadas. Pero además en el transcurso del proyecto, algunas series fueron alteradas en el orden que tenían, otras aparentemente fueron excluídas y otras incluídas; el manejo estuvo a cargo del equipo alemán. En la última revisión que hice del catálogo en línea para los investigadores contabilicé 310 fotos, incluyendo las etiquetas (59) o sea 251 fotos.                                                                                                                                                                

[10] Hubo cuatro reuniones de los equipos, la primera en Mérida adonde viajaron los alemanes, del 27 de septiembre al 6 de octubre de 2015; la segunda en Augsburgo del 17 al 25 de noviembre de 2015; la tercera en Mérida en febrero de 2016 y la cuarta y última en Augsburgo del 5 al 14 de octubre de 2016. No todos los mexicanos viajaron a Augsburgo.

[11] A los ciudadanos de países del Eje sospechosos se les retiró a ciudades del interior, lejos de territorios fronterizos, costas y otras zonas estratégicas como puertos e instalaciones petroleras, plantas generadoras de electricidad (Inclán, op cit:99). El lugar destacado para la concentración fue el D.F. donde hubo 291 alemanes en agosto de 1942 (Idem:108) y entre 1942-44 se deportaron aproximadamente 200 alemanes indeseables. En Perote se internaron a ciudadanos alemanes que no fueron deportados, éstos salieron en 1945 y a los concentrados se les permitió regresar a sus lugares de origen (Idem:203).

[12] https://es.wikipedia.org/wiki/siemens_AG, consultado 28 de septiembre de 2016. Siemens (en el momento: Siemens-Schuckert) explotó el trabajo forzado de los deportados en los campos de exterminio. La compañía poseía una planta en el campo de concentración de Auschwitz. Siemens se hizo de mano de obra esclava durante el Holocausto (para) construir las cámaras de gas (…) En el año 2001, mostró una falta de sensibilidad cuando trató de usar la marca "Zyklon" (que significa "ciclón" en alemán) para nombrar una nueva línea de productos ... incluyendo una línea de hornos de gas. Zyklon, por supuesto, es el nombre del gas tóxico utilizado en las cámaras de gas durante el Holocausto. En: “Empresas que colaboraron con el nazismo”, a partir del ensayo de Jacques R. Pauwels, traducido por José Sastre. http://eltrabajonoshacelibres.blogspot.mx/2013/03/empresas-que-colaboraron-con-el-nazismo.html, 2013.

[13] Cito a Durán-Merck (2013:177): “After 1912 the German-speaking population declined in the Mayab. By 1914, the beginning of the First World War put a temporary stop to German immigration and the arrival of the Constitutionalist regime to Yucatán in 1915 probably discouraged some immigrants.” Sobre la FBI, págs. 277 y 278.

[14] Hasta ahora se han publicado un par de artículos pequeños en la revista de la Universidad de Augsburgo a partir de unas fotos de los amigos de Schirp que se reunían a tomar cerveza y otro sobre las diferencias de la ropa de la gente rica y la nativa. En la revista AVN citada. El subequipo yucateco, por su parte, escribió pequeños artículos en el periódico La Jornada Maya, sobre algunos sitios visitados por el fotógrafo.