Número 1

3 ¿A dónde va, ese Zapata? Paul Hersch Martínez C ercado por el concreto, su caballo no puede siquiera tomar distancia sufi - ciente para saltar y librar así el paso a desnivel de una modernidad subordina- da e insípida. La historia queda como adorno su - perfluo, pero además, completamente desubicada, porque para ella no hay si - tio, ni sentido alguno. Mientras tanto, la libertad de Mé - xico se anuncia de manera precaria, fle - chada en una dirección peculiar. Tres semáforos marcan el flujo del tránsito, mientras un enorme desplega - do plástico y colorido, pagado por los contribuyentes, publicita a espaldas del caudillo suriano, la obra en beneficio de la imagen de un funcionario carente de arraigo, evasivo del diálogo, anunciando ominosamente el retorno de aquello que nunca se fue: el restriego faccioso de la política. Circulemos entonces, pero ¿Hacia dónde? ¿Para qué?

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