Número 2

3 medios masivos de comunica- ción eran casi nulos y serviles; el acontecimiento solo fue una información que no pudo evi - tar un espacio en la memoria histórica: su dramatismo, nada tenía de extraordinario. A cuarenta y tres años de distancia, mientras los detalles mejor grabados se acomodan en el sitial de los recuerdos, los demás empiezan a ser cu - biertos por las sombras de una noche generacional inminen- te. El movimiento estudiantil del 68 en la provincia morelen- se, solo quedó en la memoria de los testigos, mientras en el centro del poder, las reseñas mediáticas pasan al documen - tal de la historia de los medios de comunicación. Lo sucedido en la Plaza de Tlatelolco el dos de octubre de 1968, no sería tan importante si no fuera porque fue la cul - minación de una cadena de resistencias libertarias poste- riores al movimiento de 1910: tranviarios, electricistas, tele- fonistas, médicos, maestros, estudiantes y otras resisten - cias que siguieron a las luchas por la tierra que también cul - minó los acontecimientos de lucha por un proyecto de na - ción, buscado, durante el siglo XIX. Deseamos que el mes de octubre, el de las lunas masa hermosa nos recuerde estas gestas de resistencia de todos los pueblos sometidos.

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