Número 5

14 tados. Muertes individuales, intransferibles, pero sin nombre y sin rostro. Como no tie - nen nombre ni rostro los matadores. Vícti - mas unos y otros de una misma derrota mo - ral, porque los asesinos no son traidores, no son enemigos de la patria: los asesinos son tan jóvenes, desamparados y a la intemperie como los asesinados. Decenas de miles de matadores, decenas de miles de matados: el rostro desollado de la patria …. Anomia en sus dos sentidos: carencia de reglas y falta de palabras …” 8 Confirma Paco Ignacio Taibo II este año: “Logro descubrir, leyendo todos los periódi - cos locales de Acapulco, los previos oficios de los 15 hombres aparecidos sin cabeza: son dos adolescentes, un lavacoches, un chofer de recogida de basura, un mecáni - co, dos desempleados, un policía municipal y tres albañiles: las infanterías del cartel de Acapulco…!” 9 Desde dentro del narco, Marcos Camacho, Mar- cola , actualmente preso, sostiene lo siguiente en una entrevista hecha por el canal O Globo de la televisión brasileña: “Más que eso, (máximo dirigente del cartel de Sao Pablo “Primer Comando de la Capital” (PCC)) yo soy una señal de estos tiempos. Yo era pobre e invi - sible. Ustedes nunca me miraron durante décadas … ¿Qué hicieron? Nada. Ahora ustedes se están mu- riendo de miedo. Nosotros somos el inicio tardío de vuestra conciencia social” A la pregunta del entre- vistador acerca de una posible solución, responde: “¿Solución, cómo? Sólo la habría… con una transfor- 8 Bartra, A., Ética y política en tiempos airados”, en La Jor- nada, Mexico, 18 Septiembre 2010. 9 Taibo II, P. I., “8 Tesis y muchas preguntas”, en La Jorna- da, Mexico, 15 enero 2011. mación psicosocial profunda en la estructura políti - ca del país… ¡Agarren a “los barones del polvo” (co - caína)! Hay diputados, senadores, empresarios, hay ex presidentes en el medio de la cocaína y de las ar - mas. ¿Pero, quién va a hacer eso?... Nosotros somos hombres-bombas. En las villas-miseria hay cien mil hombres-bombas. Estamos en el centro de lo insolu- ble mismo. Ustedes en el bien y el mal y, en medio, la frontera de la muerte, la única frontera. Ya somos una nueva “especie”, ya somos otros bichos, diferen- tes a ustedes… La muerte para nosotros es la comi - da diaria, tirados en una fosa común … mis soldados son extrañas anomalías del desarrollo torcido de este país… Hay una tercera cosa creciendo allí afuera, cultivada en el barro, educándose en el más absolu - to analfabetismo, diplomándose en las cárceles… Ya surgió un nuevo lenguaje. Es eso. Es otro lenguaje. Está delante de una especie de post miseria…Noso - tros no nos olvidamos de ustedes, son nuestros “clien- tes”. Ustedes nos olvidan cuando pasa el susto de la violencia que provocamos” . El entrevistador insiste: “Pero ¿no habrá una solución?” Marcola responde: “Para acabar con nosotros … solamente con una bom - ba atómica en las villas miseria. ¿Ya pensó? ¿Ipanema radiactiva ?” Y concluye: “Ustedes sólo pueden llegar a alguna transformación si desisten de defender la “normalidad”..,Ustedes precisan hacer una autocríti - ca de su propia incompetencia. Pero a ser franco, en serio, en la moral. Estamos todos en el centro de lo insoluble. Sólo que nosotros vivimos de él …y… ya tra - bajamos dentro de la mierda. Entiéndame, hermano, no hay solución. ¿Saben por qué? Porque ustedes no comprenden ni la extensión del problema” 10 Como en el caso de estos “enemigos”, en el de los desaparecidos y en el de los múltiples exclui - dos por las políticas neoliberales la declaratoria de expulsión de lo humano espera poder instituirse a través del prójimo del desechado, una vez disloca - 10 Cfr http://www.fmdelasamericas.com/index/item ,1416/ sección (subrayados nuestros)

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