Número 5

19 ria de la Pasión de Cristo, en grave deterioro y descui - do, contrastan con los muros masivos del corredor. Es de una sola planta con bóveda de cañón corrido y rematada por un reloj solar sobre los desplantes de una posible planta alta. En la crujía sur y sobre los só - tanos, se extiende “el cañón grande”, la tradición dice que estos subterráneos comunicaban al monasterio con la casa de Cortés. Entre los muros y los arcos hay cenefas con escudos y monogramas relacionados con los agustinos; en el muro del cañón grande hay una cenefa interesante porque su leyenda parece relacio - nar al pueblo judío en el exilio con la depresión de los pobladores de Yecapixtla después de la conquis - ta. El templo tiene una finísima presencia: su portada lateral muestra elementos decorativos renacentistas discretamente puestos, sin embargo la fachada prin - cipal, denuncia las claras influencias del gótico y el románico en una interpretación renacentista llena de armonía formal donde el rosetón fija la atención de los visitantes sobre la fachada y rige la armonía de la totalidad; rematan esta fachada una cornisilla con perlas isabelinas sobre la que se desplantan los ga- ritones que han hecho pensar a los historiadores del arte en una arquitectura militar. El interior esta lleno de sorpresas formales; el bajo coro con su tracería, las jambas de las puertas de acceso a la torre y al claustro, la pila bautismal con sus cuatro personajes que debieron señalar los rum - bos prehispánicos o los puntos cardinales europeos denuncian su origen mudéjar. La nave es grandiosa: la vista hacia el coro nos muestra la balaustrada gra- ciosamente labrada en cantera y al fondo la luz del rosetón que se filtra a través del fino calado de sus piedras; volviendo la vista hacia el ábside llaman la atención el púlpito labrado como si fuera de enca- je, más adelante el arco toral divide el cuerpo de la nave con el ábside, donde nuestra atención corre el peligro de ser atraída por el ciprés neoclásico del período porfiriano descuidando la vista de la esbelta tracería de cantera del techo, velada por pinturas del siglo XIX. El patrón san Juan, preside el espacio: exis - te una pintura del siglo XVII, que parece pertenecer a una serie de la que parte esta en monasterio de la Asunción en Cuernavaca. Las, en otro tiempo espectaculares pinturas mu - rales del Claustro, que exponen cuadros del juicio a Jesús están casi desaparecidas. La pintura de la nave es del siglo XIX. Adosadas al monasterios se pegaron construcciones que afectan el conjunto desde el si- glo pasado. En la historia Entre 1531 y 1532, Acapistla tiene como tributarios a los siguientes pueblos: Tlayacaque, Tetela, Xalos - toque, Tecpantzingo, Axuchapa, Tlatlauco, Totolapa, Xunacatepeque, Zantetelco, Amayucan y Guauzongo 3 , tributarios conocidos como pueblos de la Tlalnahuac. Para 1540, el monasterio esta tan avanzado como lo conocemos ahora; los recursos son dedicados al templo que viene a convertirse en: “una de nuestras mejores casas”, como dice uno de los cronistas, Hacia 1571, los pueblos sujetos de Yecapixtla son Pazulco, Aclamamillca, Ocatepec, Tzacatepec, Calalpa, Tetlucuiluizca, Tecaxic, Toltlan, Quatituloc, Suchitlan, Tescala, Achuchilco y Ayacango que tienen 3125 tri - butarios 4 . En 1580, todavía aparecen estos pueblos 5 , sin embargo, hacia 1639 algunos de estos barrios han desparecido y sus capillas están arruinadas. Tradiciones Dos grandes tradiciones persisten en la población: la fiesta de la Semana Santa del ciclo de teatro de evangelización y la del Tianguis Grande que recuer - da los ritos funerarios de carácter propiciatorio en la época prehispánica. Al oriente del claustro se: “la Plaza de la Tributa - ción”, donde cuenta la tradición que se recibían los tributos de los numerosos pueblos sujetos a Acapixtla. Al sur del monasterio, se encuentra la casa que, se - gún cuenta las tradición, Cortés tenia en esa cabecera. 3  Rilley 1973, 113 y 135 4  EPISTOLARIO... 1941, 88 5  RELACION ... 1580 58

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