Número 6

27 samiento salvaje. Paz considera que si bien el mito es una lógica del pensamiento, no es un saber. Fe - rré sostiene que el premio nobel de literatura está más cerca de Lévi-Brühl que de Lévi-Strauss tanto en El Laberinto de la soledad como en Lévi-Strauss o el nuevo festín de Esopo : “para Paz es difícil aceptar que el pensamiento salvaje tenga sentido en las prácticas o en la praxis social, o que lleguen a un conocimiento concreto.“ 11 Ferré pretende dilucidar las fuentes filosóficas de Lévi-Strauss de manera distinta y provocadora. Sostiene que más que la tradición kantiana, la obra del etnólogo francés depende de la fenomenología y la teoría general de los sistemas que surgen paralela - mente de Praga y Viena. 12 El nuevo festín de Esopo retrata más las ideas de Octavio Paz que las de Lévi-Strauss, a costa del se - gundo. La elección de la idea o el tropo de la obra de un autor que interesa exponer, descansa en el ejer - cicio arbitrario de toda interpretación, pero cuando, forzamos sus horizontes de sentido y los subordina - mos a nuestros parámetros ideológicos, estéticos u de otro orden, cometemos una segunda, arbitrarie- dad, impropia e injustificable. Despedida Ferré antes de su repentino deceso, venía preparan - do su partida, se sentía incómodo en el Centro INAH Morelos al no poder desplegar todas sus energías y programas culturales. Deseaba retornar al sureste, a Yucatán, aunque las arenas movedizas del perio - do intersexenal, no le daban garantías de viabilidad en el corto plazo. Sabía también que el otro viaje, al inframundo era inevitable y cercano. No le temía, Ri - cardo no creía ni en cielos ni en infiernos, sí en las mudanzas de la energía vital. Se fue bajo ciclo depre - sivo, un amor fallido, una oferta de empleo en el aire, el peso de la edad, fueron terminando de doblar su añejo armazón de roble, dejó de cuidarlo, no quiso 11 Ibíd ., p. 214. 12 I bíd ., p. 212. atender ya las señales del cuerpo. La sorpresa nos agarró a todos, a él y a sus compañeros de trabajo que por su cercanía lo veíamos cotidianamente. Tam - bién a sus familiares, todos distantes. Hemos perdido a un interlocutor erudito, a un colega generoso. Personalmente me dejó un vacío, acostumbraba a preguntar por él cada vez que iba al Centro INAH Morelos, quince minutos o una hora de plática de ideas, era estimulante. Lo cierto es que había cierta ritualidad intelectual cotidiana en ello. Podíamos hablar del mundo, de la América Latina, de sus emprendimientos al servicio del pueblo desde la burocracia y contra sus propios límites. Ricardo Ferré: te dejaste ir sin escribir tus memorias, acto despose - sivo frente a tu rica experiencia mundana. Tu última desposesión fue renunciar a tu vida misma, dejarte ir, lo que no pudiste borrar fueron tus recuerdos y tus huellas, imborrables para los que continúan pi - sando tierra y mirando cielo. No se puede todo en este mundo y menos en estos tiempos. Anexo Biblio hemerografía de Ricardo Ferré D’Amaré La obra escritural publicada de Ferré es discreta y oscila entre varias temáticas y géneros. Temas caros a la prehistoria, la problemática ambiental, la edu - cación, el patrimonio cultural, la teoría antropológi- ca, la educación indígena, la lingüística entre otros. Cultivó la poesía y publicó más de un poemario, el ensayo, la monografía científica, el estudio erudito, redactó volantes y manifiestos incendiarios, uno de ellos, conmocionó a los asistentes en Mérida al Con - greso Internacional de la Asociación Americana de Antropología, a finales de los años setenta del siglo pasado, en los que fustigó a los antropólogos lati - noamericanos que se pusieron al servicio del Depar - tamento de Estado de la potencia norteamericana. Muchos otros trabajos suyos quedaron archivados, como informes y monografías en las diversas entida - des públicas para las que trabajó: INAH, INI y algunas secretarías de Estado. Quizás queden huellas escritas relevantes de su ejercicio como Director del Centro

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