Número 6

43 terio de los franciscanos y el Chapitel del Calvario localizados sobre las dos vías principales de acceso que también sirven de guía a la traza urbana. El Palacio del Conquistador Con el bagaje medieval a cuestas, los europeos del temprano siglo XVI, no tienen la experiencia del renacimiento, para ellos es todavía la edad media de los cruzados, de las reliquias de los mártires, de los castillos con sus Señores como el Conquista - dor, pero con los conocimientos humanistas de los nuevos tiempos que se avecinan. Tal vez no poda - mos hablar de un renacimiento solo para evadir al que denominaron tiempo obscuro: el medieval de los castillos. En el ocaso decadente de un sistema glorioso que vio nacer los objetos del bienestar in - versamente proporcional a la pobreza, encontra - mos que comienza a surgir la apagada luz de los tiempos medievales representados por los nume - rosos documentos medievales codificados y repro - ducidos por las nuevas tecnologías, despertados con los dulcen encantamientos de los medievalis - tas seguidores de Pirenne y Braudel. El Palacio de Cortés es el documento que marca la continuidad de las culturas mostrando una síntesis de un espa- cio que se amplia arrastrando la historia hacia un destino mas abierto. El Monasterio de los franciscanos A principios de 1525, llegaron los padres francisca - nos a Cuernavaca proviniendo de la Provincia de San Gabriel en España. Informados de las antiguas provincias regionales: Huaxtepeque, Cuauhnahuac y Acapistla, se aprestan a misionar por todas las regiones “hasta la tierra caliente”, la región de Tax - co al sur, Malinalco al poniente y los pueblos de Acapistla al oriente. Inician la construcción de la Capilla de indios y de su casa, continúan con un proyecto monacal que pronto es substituido por el definitivo que conocemos. Se dedican a levan - tar iglesias visita en los antiguos barrios sujetos de Cuernavaca que atienden periódicamente. Cuando llegan los frailes dominicanos y agustinos, se divi - den las provincias y los franciscanos se dedican a esta region de Cuernavaca. Entre tanto el conjunto monacal crece hasta que los conflictos entre en - comenderos y administradores, entre regulares y seculares que se ve determinado por el Concilio de Trento, los obliga a entregar el monasterio al arzobispado de México. Los frailes se dispersan al - Capilla de indios del monasterio franciscano de Cuernavaca

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