Número 6
54 en la tensión existente entonces entre la función del recién abierto Museo Cuauhnáhuac y la pretensión de que precisamente en el recinto de Acapantzingo se creara por parte del gobierno del Estado de More - los un Museo Arqueológico: El comentario sobre la finalidad de conver - tir la “Casa del Olindo” donde viviera Maxi - miliano en un Museo Regional a cargo del Gobierno del Estado nos inquieta respecto a varias preguntas precisas y concretas […] Si acaba de inaugurarse un Museo Regional del INAH en Palacio de Cortés donde se ex - ponen 10,000 años de historia referentes al Estado de Morelos… ¿Por qué es necesario repetir el esfuerzo creando un Museo Regio - nal dependiente del Estado? […] De acuer - do con el Decreto del Congreso de la Unión sobre la “Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas publicado en el diario “oficial” del 6 de mayo de 1972 […] ¿Bajo qué términos quedará el registro de las pie - zas que formen el acervo cultural del Museo Regional del Estado? […] Si el departamento designado por el Gobierno del Estado con - trola las piezas de un Museo regional a su cargo, estará también autorizado a obtener más piezas para incrementar el acervo de sus colecciones y por tanto a realizar excava - ciones arqueológicas y adquirir piezas histó - ricas… ¿Cuál es la función de un Instituto de Antropología e Historia en el Estado a quien se le ha designado esta tarea? […] ¿Dónde se deben alojar el material cerámico que se ha clasificado y se hace el estudio tipológi - co que se encuentra almacenado en las dos secciones de las cuadras de guardias que constituyen la parte construida de la “Casa del Olindo en Cuernavaca? En fin, las preguntas, como siempre, son más relevantes que las respuestas. No estamos tratando meramente de un problema de jurisdicciones por el resguardo de piezas arqueológicas, sino del sentido de la historia y de la cultura para un país, de su identidad y de la calidad y sentido de vida de su pueblo. No po - demos renunciar a las preguntas, cuya formulación es elemento ancilar de nuestro cometido como investi - gadores. Y las preguntas en torno al patrimonio cultu - ral en sus diversas expresiones son hoy fundamentales para el presente y el futuro de México. Honremos con nuestro trabajo el trabajo de Baytelman, de Barrera, de Angulo, y de tantos otros que han cimentado con su esfuerzo, no siempre valorado, el reconocimiento de los saberes generados por el Pueblo. Agradecemos la gentileza de Eliana Albalá viuda de Baytelman por facilitarnos las fotografías que acompañan el escrito Fuentes • Albala, Eliana. “Prólogo”, en B. Baytelman, 1993 [1981]. Acerca de plantas y de curanderos. Etnobotánica y antro- pología médica en el estado de Morelos, pp. 7-10. México, Instituto Nacional de Antropología e Historia. • Angulo, Jorge. 1974. Oficio 74VI/73-31-166, Cuernavaca, Morelos, junio 6 de 1974. • Augé, Marc y Jean-Paul Colleyn. 2005. Qué es la antropo- logía. Barcelona, Paidós. • Barrera Marín, Alfredo. 1982. “La etnobotánica”, Memo- rias del Simposio de Etnobotánica, pp. 6-11. México, Insti- tuto Nacional de Antropología e Historia. • Baytelman, Bernardo. 1993 [1981]. Acerca de plantas y de curanderos. Etnobotánica y antropología médica en el estado de Morelos. México, Instituto Nacional de Antro- pología e Historia. • Sánchez Martínez, Fernando. 1978. “Problemas en torno a la identificación de materiales arqueológicos”, en: Sán- chez Martínez, F., Arqueobotánica. Métodos y aplicacio- nes, pp. 13-16, Col. Científica, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia. • Santos, Boaventura de Souza. 2005. “El fin de los descubri- mientos imperiales”, en: El milenio huérfano. Ensayos para una nueva cultura política , pp. 141-150. Madrid, Ed. Trotta.
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