Número 9
24 se hace, como decía el Gabo historia y literatura: “di - cen que soy un buen escritor pero lo que yo escribo no es mas que lo que me contaba la abuela”. (Ad sensum). Este cuento, no es mas que lo que otros ya han contado, pero desde las veredas No comenzaré contando el hecho sino quienes intervinieron: los protagonistas. Y en este cuento, el conquistador Hernán Cortes tuvo mucho que ver. Empecemos, pues, con él. Cortés en Puerto Rico Nuestra historia colonial, o como se llama ahora no- vohispana, comienza con el arribo de Her- nán Cortés a playas mexicanas: allí se informa de la tie - rra que pisa, de las instituciones que la forman, los ca - minos principales que conducen a la Gran Tenochtit - lan y del espíritu institucional de los mexicanos, particu - larmente el religioso. Con este bagaje, se en - camina al centro de cul- tura Mexica para fundar el periodo colonial. Debió haber sido informado que el Estado de Morelos era el espacio de ace - cho al poder político con sede en la ciudad de Mé - xico y a el se dirige para de allí asaltar la ciudad de Tenochtitlan. Concluida su hazaña conquistadora, y evitando el enfrentamiento directo con los representante del poder real se retira a Cuernavaca, construye su cas - tillo con reminiscencias del poder medieval y desde allí se hace fuerte contra sus enemigos, cuya ofensi - va arrecia cuando Cortés recibe la merced que arre - bata lo mejor o mas conocido del mundo mexicano: tierras y súbditos. Su espíritu cristiano y su estrecha relación con los padres franciscanos conjuntan la expansión evangélica con la política territorial, seleccionando las tierras promisorias con las que va a amasar su capital de conquistador asegurando los tiempos ve - nideros de sus descendientes. Hoy sus tierras atestiguan el cam - bio social y la inserción de Mé - xico al incipiente capitalismo y su Palacio nos recuerda el espíritu medieval que substanció nuestra na- cionalidad llenándola de una arquitectura europea. Hernán Cortés es el protagonista de esta historia; una esquina de esta historia es la que este artículo se propone sacar a luz Cortés en Cuba: nuestro primer alcalde Cortés llego a Puerto, cabeza de las nuevas tie - rras descubiertas cuya con- quista comienza aquí. (Buscar Documento): la historia colonial de nuestra América se comienza a escribir aquí con la pluma europea, continúa con la pluma nor - teamericana y así indefinidamente mientras el sis - tema social así lo permita.. Al aventurero Cortés le interesó el descubri- miento de nuevas tierra y se traslada a Cuba donde Diego Velázquez, . . .concibió y maduró su atrevi - do plan de la conquista de Méjico que participó a sus edecanes“. . . dándole el cargo de Alcalde a su
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