Número 14

10 De caminos electorales y lógicas marxistas Gilberto López y Rivas 2 D esde la lógica de quienes siendo marxistas, he - mos estado acompañando a los pueblos origi - narios por los caminos de las autonomías basadas en los principios de la comunalidad, la democracia participativa y el principio de mandar obedeciendo , los procesos electorales que tienen lugar en países cuyos grupos gobernantes y oligárquicos asumen una posición de acatamiento subalterno al modelo de mundialización capitalista neoliberal, representan mecanismos heterónomos a través de los cuales las clases dominantes, los aparatos coercitivos e ideo - lógicos del Estado y los poderes facticos imponen a los candidatos que garantizan la reproducción de sus sistemas de explotación y dominación. Esta acción impositiva se lleva a cabo aún a costa de la transgre - sión de sus propios marcos jurídicos constitucionales y recurriendo a la dictadura mediática y la defrauda - ción estructural, tradicional y electrónica para lograr violentar la voluntad popular. La enseñanza reiterada que dejan los frustrados procesos electorales mexicanos presidenciales es que mientras no exista una correlación de fuerzas 1  Catedra Carlos Marx. Mesa de debate 1. Democracia, elec- ciones y socialismo en América. Encuentro 2012, Universidad Autónoma del Estado de Morelos . Cuernavaca, Morelos, 19 de octubre de 2102. 2  Doctor en Antropología. Profesor-Investigador del Ins- tituto Nacional de Antropología e Historia, delegación Mo- relos. políticas y sociales, movimientos y procesos autóno - mos que desde abajo impongan nuevas reglas del juego, resulta desgastante y contraproducente para estos movimientos continuar participando en el ám - bito electoral. No se ha destacado de manera sufi - ciente que las experiencias latinoamericanas recien - tes en que las izquierdas han ganado la presidencia de sus respectivos países, Venezuela, Bolivia, Ecua - dor, por ejemplo, se han dado en contextos de fran - ca ruptura del sistema tradicional de partidos, ya sea por la irrupción de masivos movimientos indígenas, ciudadanos o de variada naturaleza cívico-militar. ¿Por qué entonces en México, a los repetidos y monumentales fraudes electorales, siguen las mismas rutinas de esperar otros seis años más para lograr, ahora sí, el  cambio verdadero , confiando en que la naturaleza autoritaria, corrupta, impositiva y tramposa del sistema imperante cambie y reconoz - ca el triunfo de una izquierda moderna y bien por - tadita? No es posible continuar delegando nuestra representación y las esperanzas de cambio en el pro - tagonismo de una izquierda institucionalizada, divor - ciada de las luchas anti sistémicas y de las que tienen lugar en contra de la guerra social, por la integridad y preservación de los territorios y sus recursos, contra el saqueo y la depredación capitalista. Tampoco se trata de renunciar a ninguna forma de lucha social, incluyendo el ámbito electoral y par - lamentario, ni a la forma partido como instrumento organizativo al servicio de la transformación social, siempre y cuando elecciones y partido tengan a los

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