Número 15
33 Israel Lazcarro Salgado A principios de este mes de octubre de 2012, el mundo académico y en general, el mun - do, ha descubierto una nueva ausencia. Una luz que se apagó. Para comprender la naturaleza de esa luz, quizá convenga hacer un poco de historia; después de todo, si algo iluminó esa luz fue precisamente la historia. Desde luego, hablamos de Eric Hobs - bawm. Sin duda, desde 2001 vivimos en un mundo marcado por la impronta violenta, discur- siva y mediática del terrorismo. Ni duda cabe que el fenóme - no escaló desde entonces para convertirse en lugar común de los discursos, las políticas oficiales y las relaciones exteriores entre naciones como nunca antes lo había hecho. Como la historia nos enseña, en esto no hay nada plenamente arbitrario, aun cuando las políticas actuales y los personajes que las implementan tie - nen mucho de arbitrarios. Lo cierto es que este mun - do que hoy vivimos, no surgió de la nada. El análisis histórico también nos lo enseña. La escala global de los conflictos, no sólo de las políticas de contrainsurgencia implementadas por Eric Hobsbawm. Referencia del quehacer historiográfico los gobiernos sino también las resistencias popula - res desencadenadas aquí y allá con diversos efectos, como respuesta a esas determinaciones, nos revelan más que otra cosa, el pleno desarrollo de un conglo - merado de relaciones de poder y de alianza que no son nuevas en absoluto, pero que se insertan de lle- no en la lógica de la expansión capitalista que desde hace algunos años alcanzó los límites estructurales para mantener su ritmo de crecimiento. Así pues asistimos a un momento crucial de la historia del ca -
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