Número 15

34 pitalismo, en su fase imperial, marcada por sus ex - tremos y desequilibrios fuera de control. El siglo XXI se está revelando como el pináculo de los extremos que caracterizaron al violento siglo XX, pero también como el parte aguas para un nuevo mundo que se gesta a nuestros pies. Quizá el momento que vivimos, no nos resultaría del todo inteligible de no ser por el ojo crítico, atento a las contradicciones sociales como método de investi - gación histórica, de un destacado y erudito historiador inglés, como es Eric Hobsbawm (1917-2012), cuyo de - ceso a principios de este mes lamentamos, no sin an- tes rendir sencillo homenaje para quien enseñó a va- rias generaciones, a aguzar el ojo frente a los procesos históricos, y documentar aquellas contradicciones, ex - plorando con audacia las posibilidades abiertas por el materialismo histórico, con erudición y sin incurrir en la repetición dogmática de pasajes marxistas. Hobs - bawm nos ha mostrado a lo largo de su obra, con fun - damento en la historia, que no hay resistencia popular ingenua ni fuera de lugar, que cada configuración po - lítica, social y económica, en sus contradicciones, ge - nera sus propias marginalidades, sus propios críticos y sus propios desafíos. Que las resistencias surgen a veces de los rincones menos sospechados y bajo las expresiones más diversas. El erudito se va, pero nos deja un legado crítico y muy bien documentado, donde se demuestra que las ciencias sociales en general y las ciencias histó - ricas en particular, más allá de modas y cambios de enfoque, podrán abordar diversos fenómenos, pero jamás podrán prescindir del materialismo histórico sin merma de comprensión. Habrá campesinos ham - brientos, comerciantes agobiados, industriales pre- tensiosos, mafiosos, migrantes, rebeldes y bandole - ros para recordárnoslo.

RkJQdWJsaXNoZXIy MTA3MTQ=