Número 15

8 se han convertido en un espacio en disputa entre dominación y emancipación, proyectán - dose en primer lugar Cuba, su revolución, su par - tido y su pueblo, que han enfrentado la permanente agresión del imperialismo, y en segundo lugar sobre - salen Bolivia, Venezuela y Ecuador, que han desple - gado formas no convencionales de organización y lucha. Señala un condicionante con el que coincido plenamente para la definición actual de las luchas de la izquierda: “Los métodos de lucha pueden variar y los objetivos estratégicos redefinirse, pero las fuer - zas de izquierda de Nuestra América, o son radica - les, o su destino inevitable es facilitar, aun a costa de su voluntad, las estrategias de dominación.” Esta idea clave la fundamenta entre otros argumentos, en dos citas de Lenin y Luxemburgo, respectivamente, de indudable validez y pertinencia: “el reformismo, incluso cuando es totalmente sincero, se trasforma de hecho en un instrumento de la burguesía” (Lenin). Quien se pronuncia por el camino reformista en lu - gar de y en oposición a la conquista del poder políti - co y a la revolución social, no elige, en realidad, una camino más tranquilo, seguro y lento hacia el mismo objetivo, sino un objetivo diferente; en lugar de la implantación de una nueva sociedad, prefiere unas modificaciones insustanciales de la antigua…no bus - ca la realización del socialismo, sino la reforma del capitalismo.” (Luxemburgo) También coincido con Moldiz en su crítica a fo - mentar “el antagonismo y construir una dicotomía entre lucha armada y participación electoral, cuando más bien la historia de América Latina aporta ejem - plos del carácter relativo que tienen ambas vías…es tan mala la fetichización de la vía armada como de la vía electoral, así como negativa la tendencia a feti - chizar el poder.”

RkJQdWJsaXNoZXIy MTA3MTQ=