Número 15
9 Moldiz cita a David Harvey para identificar la ac - tual etapa del capitalismo, “como una suerte de re- torno a los mecanismos extraeconómicos utilizados durante la fase de la acumulación originaria de ca - pital, al que llama “acumulación por desposesión” y su combinación con dispositivos propios de la repro - ducción ampliada, es lo que el capitalismo ha pues- to en marcha para remontar una crisis multidimen - sional: financiera, productiva, alimentaria, climática, política y moral…Esto quiere decir que el capitalismo busca resolver su crisis por la vía de la violencia, el despojo y el asalto, como lo hizo en sus orígenes y como lo hace ahora en Asia y África donde el uso de su poderosa maquinaria bélica acompaña una in - usual campaña neocolonizadora.” Coincido plenamente en el reconocimiento de Moldiz a los aportes de los pueblos indígenas a la teoría y práctica emancipadora, “al restablecer, pre - via redefinición del concepto, la vigencia de una co - munidad basada en la reciprocidad, la solidaridad y la cooperación entre sus miembros”, advirtiendo al mismo tiempo sobre los peligros del etnicismo. Se destaca también su conclusión sobre el cua - dro de situación de la América Latina del siglo XXI, en el sentido de que “no se hubiese llegado hasta don - de está en la actualidad, de otra forma que no sea mediante la convergencia de la lucha social y política de los movimientos sociales, más allá de los partidos tradicionales de izquierda.” Su clasificación de las izquierdas en la geografía política de América Latina es sugerente, aunque con - trovertida: una izquierda revolucionaria que apues - ta al socialismo; una izquierda reformista que no reniega del capitalismo, “que continua aspirando a materializar el mito del desarrollo; la vieja y nueva ultraizquierda que aplica mecánicamente el marxis - mo dentro de un reduccionismo economicista. Mi divergencia es que Moldiz sitúa a los que denomina “autonomistas más radicales y los esencialistas del indianismo” dentro de esta corriente, señalando al EZLN por sus críticas a López Obrador, cuestión que merecería un debate de mayor profundidad en cuan - to a la situación mexicana. Moldiz plantea lo que denomina los grandes desafíos: “Seguir desplegando la capacidad de ad - ministrar bien la energía acumulada en años de avances y retrocesos, y cuidar los espacios con - quistados en más de una década de haber reco - rrido un sendero posneoliberal…Un segundo desa - fío…es continuar por el camino de la ampliación de la democracia,” tomado en cuenta la amplia parti - cipación de “los de abajo”...Es en la democracia de la calle, en la que los pueblos han triunfado previa - mente a su victoria institucional en las urnas: esa es una verdad que los ideólogos burgueses preten- den enterrar por las grandes lecciones teóricas y políticas que aporta a la practica universal…Esto conduce a un tercer desafío: establecer una rela - ción de nuevo tipo entre el Estado y la sociedad, entre el Estado y la comunidad.” El cuarto desafía que plantea nuestro autor es la necesidad de otro tipo de Estado “que vaya dejando atrás las lógicas de dominación y represión al servicio del capital y se vaya convirtiendo en un espacio para concen - trar la participación del pueblo y desarrollar las ló - gicas del trabajo y la vida…Un quinto desafío para la izquierda en general, revolucionaria y reformis - ta, aunque más para la primera que la segunda, es como transitar de un tipo de producción a otro, lo que significa abandonar el carácter exportador que le ha asignado a nuestras economías, en ma- yor o menor medida, desde la colonia.” Como puede observarse de lo hasta ahora ex - puesto, muchos son los aportes de los diferentes autores de este libro, mismos que continúan en los siguientes capítulos que por la extensión misma de esta reseña, ya no desarrollo. El texto contribuye de manera importante al debate de las ideas que nues- tra realidad esta reclamando.
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