Número 16
19 muestran de vez en vez enlaces significativos. Si la reiteración configura la presencia de un sueño colectivo por la vía oral, la vía literaria lo reafirma. Los cuentos y otras piezas literarias portadoras de relatos oníricos en América Latina, pueden decir algo sobre tópicos que no son ajenos a las preocu - paciones de la vigilia, como la discriminación, la inseguridad, la violencia, la justicia, el castigo, la resistencia y la identidad, por citar sólo a algunos. El sueño en la poesía romántica, al decir de Bé - guin, posee siete entradas: como sueños nocturnos “que tienen un alcance estético o metafísico parti - cular”, como la “constante vida de las imágenes más cargadas de afectividad que la vida de las ideas” ope - ra como mejor refugio espiritual; “el sueño se asimila al tesoro de las reminiscencias atávicas de donde el
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