Número 16

27 Noche de rábanos Tradición que viene desde la colonia e implantada por los frailes dominicos quienes fueron los que en - señaron el cultivo de hortalizas y flores a los grupos de naborías (zapotecos y mixtecos) que servían en la casa de los vecinos. A ellos se les concedió por man - dato del virrey Luis de Velazco (7 de julio de 1563) los terrenos cercanos al barrio de la Noria y Cinco Seño - res fundando el pueblo de Trinidad de las Huertas o de las Naborías. Originalmente, en los puestos instalados en la plaza de armas exponían sus verduras para la venta y para hacerlas más atractivas empezaron a crear figu - ras con rábanos, adornándolas con coliflores y flores hechas con cebollas tiernas. Año con año, el 23 de diciembre los hortelanos exponen en la plaza de la Constitución en Oaxaca sus figuras de rábanos, participando en un concurso, el cual fue iniciado en 1897. Estas figuras elaboradas con una maestría sin igual, van acompañadas de flor inmortal y de toto - moxtle, en ingeniosas representaciones, escenas de navidad y costumbres propias de la región. Las calendas Ese mismo día los templos católicos preparan ca - rros alegóricos a la Navidad o bien al Santo o Santa Patrón(a) del vecindario. Se reúnen a las once de la noche en el zócalo, acompañados en su camino por coheteros, bandas de música, faroles y las madrinas con el niño Dios. Se conjuga con estas fechas la festividad de la Virgen de la Soledad (18 de diciembre), las fiestas du - ran 15 días. La víspera de la celebración se lleva a cabo una calenda integrada por vecinos, sin importar la clase social, donde no pueden faltar los cohetes y las bandas de música. Las pastorelas Para celebrar una navidad 100% mexicana, resulta casi un deber presenciar una pastorela en donde los personajes característicos son los diablos, los pastor - citos los angelitos. Estas pastorelas representan la lucha entre el bien y mal muchas veces de una mane - ra cómica, pero aunque así sea, es al fin y al cabo una reverencia al nacimiento del Niño Jesús. De donde surge. Tiene sus antecedentes en la época colonial cuando los evangelizadores aprove - charon la tradición teatral de la cultura indígena para difundir en forma didáctica el cristianismo. Los jesuitas fueron los principales impulsores de estas pastorelas. Desde el punto de vista religioso, la pastorela es la recreación de los problemas que enfrentan un gru - po de pastores para llegar a la adoración del Niño Jesús, nacido en Belén. En su trayecto luchan contra Lucifer, quien re - presentando los siete pecados capitales pone todo tipo de trampas y obstáculos para hacerlos desistir. El arcángel San Miguel libra una intensa batalla con el y finalmente lo vence. Se trata en suma de un en - frentamiento entre el bien y el mal. Originalmente representadas en los templos, ad- quieren un nuevo carácter al salir a las plazas y las calles. En estos nuevos espacios surgen las pastorelas más pícaras que dejando a un lado su lenguaje pul - cro, dieron paso a las de un sentido irónico y cómico y algunas veces político. Como una modalidad teatral surgió a partir de que el periodista liberal Joaquín Fernández de Lizardi (El Pensador Mexicano), escribe en el siglo XIX “La noche más venturosa”, que es la primera pastorela que se representó en os escenarios con actores pro- fesionales y con un lenguaje culto. En una pastorela no pueden faltar los cantos y música tradicional, las danzas y otras manifestacio - nes populares. El viejo En la búsqueda de información para este escrito, nos encontramos un artículo del Sr. Ricardo Cañas, el cual trascribimos casi en su totalidad por ser uno de los muchos antecedentes de los actos de protesta social que se han llevado a cabo en nuestro país y

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