Número 18
49 bules. Cuando la madrina empieza a bailar frente al joven novio, cada mujer enciende un cigarrillo con el sahumerio que sostiene y se unen al baile. Al salir de la casa, las mujeres se sitúan detrás del novio, de su padre y del rezandero. Toman rumbo hacia la casa de la novia, en donde les esperan sus padres, un rezandero y su “gente”. Al llegar al hogar de la novia, se dirigen direc - tamente a la habitación donde está el altar. Poste - riormente salen al solar en donde continúan con el baile. Los padres de la novia permanecen sentados sobre petates, mientras que un rezandero les ofrece pulque en jícaras pequeñas y les entrega dos grandes ollas con la bebida. De nueva cuenta ingresan a la habitación donde se ubica el altar y después de que los rezanderos in - vocan la “gracia divina”, las ofrendas y los dos guajo - lotes son entregados al padre de la novia. Al finalizar, a cada uno de los hombres se le hace entrega de un cigarrillo encendido, mientras que las mujeres per - manecen sentadas frente al altar. Pasada media hora, todos se dirigen al solar, pues la “gente” de la novia formara dos hileras, del lado izquierdo se colocan los hombres y del derecho las mujeres. Encabezados por el rezandero y con un adorno de flores, los padres del novio y las mujeres de su “gente”, ponen un collar de flores a cada hom - bre y mujer. El rezandero y el novio saludan a los familiares de la novia, se acercan a sus mejillas sin tocarlas; con la música de violín inician el baile, encabeza la madrina del novio, quien se distingue por la jícara roja en su cabeza y el ayate en la espalda. Entre tanto, en la habitación donde se ubica el altar, la novia espera sentada a un costado, vestida tradicionalmente con una falda, huipil y faja azul, mientras se cubre el rostro con un manto blanco. Con su mano izquierda sostiene un sahumerio y con la derecha un ramillete de flores. A lgunos meses posteriores a la boda, los pa- dres del novio y los recién casados preparan el “tietlamakas puorino; es decir, una comida especial para sus compadres. Es una manera de agradecer el apoyo y cumplimiento en el compromiso de la boda; por su compañía a la pareja recién formada. Los rezanderos que apoyaron al padrino del joven también estarán pendientes para recibir esta comi - da-ofrenda. El agradecimiento consiste en una comida con carne de cerdo, mole de pipián (o mole verde), atole de cacao (champurrado), dos guajolotes preparados en un guiso llamado “tomachile” y un guiso prepara- do con las vísceras del cerdo. Para los santos y vír - genes del altar del altar hogareño, se ofrendan dos velas con ramilletes de flores; una bandeja con plá - tanos , piezas de pan y un recipiente que contiene cacao preparado con azúcar; se cree que su olor hace sensibles a las personas permitiéndoles mostrar res - peto hacia la casa de los padrinos. Rito funerario Al fallecer una persona, se realiza una “velación”, en la que participan de manera directa los “ahijados”, compadres y amistades del difunto. Todos coope- ran para sufragar el monto para la celebración de la misa, aportan veladoras, granos de fríjol y maíz. Los familiares eligen entre los compadres más cercanos del difunto, a los padrinos (matrimonio) quienes se encargaran de comprar paquetes de ga- lletas, botellas de alcohol, una gruesa de gladiolas, tres docenas de cohetes, así como buscar y pagar a un rezandero. En tanto, los familiares del difunto se encargan de comprar lo necesario para preparar café, chocola -
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