Número 21
33 histórico y científico de lo actual, no da especial importancia al conocimiento científico y crítico de las alternativas liberadoras, emancipadoras. Desde el punto de vista de los valores y obje - tivos a alcanzar, las ciencias críticas de la explo - tación son ciencias para comprender y cambiar el mundo de acuerdo con los valores de la mayoría. Se oponen a las ciencias que no incluyen en sus aporías la explotación de la mayoría, o que no consideran entre sus objetivos acabar con la ex - plotación de la mayoría. Se proponen conocer al mundo para cambiarlo y para que sea un mundo sin explotación de unos hombres por otros. Elevan ese objetivo del “idealismo” moralizante o utópi - co, hacia la construcción creadora del protagonis - ta de protagonistas que en el capitalismo tardío es “la clase obrera” como integrante fundamental de los condenados de la Tierra. Con ellos, las ciencias críticas y alternativas de la explotación adquieren una voluntad de que carecen cuando se limitan a los círculos puramente académicos, por importan - tes que estos sean y lo son. La voluntad de superar las ciencias y técnicas enajenantes y opresivas es sustancial. Correspon - de a la prioridad de cambiar el mundo que, en una buena lectura de las Tesis de Feuerbach , consiste también en estudiarlo cuantas veces sea necesario para entenderlo mejor. Si para “cambiar el mundo” necesitamos en - tenderlo, hoy con todos los cambios ocurridos en el capitalismo corporativo, neoliberal y recoloni - zador, globalizador y depredador, así como con los enormes cambios en el conocimiento científico de los sistemas complejos autorregulados y en fase de transición al colapso o al caos se hace más ne - cesario que nunca volver a entender el mundo y las ciencias,.. Más que “la defensa del marxismo” –que sí importa frente a los que ordenan, en su sociopa - tía, darlo por muerto y obsoleto con todo y sus su- cesores- es indispensable realizar un permanente trabajo histórico, crítico y científico sobre la explo - tación global y la emancipación a fines del siglo XX y principios del XXI . El propio Ziegler lo dice muy bien: “la cuestión no consiste en adherirse o no a las tesis marxis - tas sino más bien en continuar un cierto trabajo ininterrumpido”. 3 Este trabajo tendrá que reali - zarse a dos niveles, el de los más altos círculos de investigación científica y el de la praxis del pen- samiento crítico y alternativo, conscientes de lo que significa la explotación para los explotadores y para los explotados pobres, marginados, exclui- dos, y para los trabajadores y jóvenes que se libe- ran con ellos. Así, habrá de incluir un tema insufi - cientemente tratado en la literatura marxista y en torno al cual hoy se centran todas las luchas por la construcción de una alternativa anticapitalista: el de una democracia universal y plural, deliberativa y participativa, que imponga la justicia con la liber - tad, y la dignidad de los pueblos y los trabajadores con la dignidad de las personas. 3 Op. Cit., p.2.
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