Número 21
54 A través de estas medidas, las ciudades se han museificado, pero al excluir a los que antes le daban vida en todo momento, ahora aparecen como mu - seos petrificados, nos dice Javier Hernández. La pro - moción del turismo también ha recurrido a la cons - trucción de edificaciones monumentales; o sea, el neomonumentalismo, que destaca por su estructura arquitectónica y el prestigio de los arquitectos que la construyen, así como por su gigantismo. La organización de megaeventos deportivos, cul - turales o de negocios también ha estado presente en este nuevo quehacer de las ciudades, otrora ciu - dades mediterráneas con historia y tradición, en las que se prohibía cualquier tipo de construcción que modificara este panorama, y ahora se modifican para competir por ganar las sedes de eventos mundiales. Este fenómeno, añade Javier Hernández: …refleja la estrecha conexión existente entre lo global y lo local, ya que son organismos internacionales los que dictaminan sobre las sedes donde se celebrarán los aconteci - mientos universales. (p. 131) Todos estos cambios se han llevado a cabo, nos dice este autor, con el único fin de reposicionar a estas ciudades en la competencia del mercado inter- nacional del turismo. También advierte sobre dos aspectos importan - tes: las concesiones que se dan a particulares, hasta por 75 años, para la promoción y gestión de eventos de distintas naturaleza en edificios que antes eran públicos y cuyos beneficios económicos quedan aho - ra en manos de organizaciones privadas; no menos importante es el hecho de que en aras de invertir en recursos de infraestructura que requiere poner en el mercado turístico una localidad, una ciudad o una ruta, las administraciones gubernamentales re - cortan y desvían recursos económicos que debieran estar dedicados al bienestar social, como la salud y la educación. Una postura diferente, con respecto al desarro - llo del turismo en las ciudades, es la que presenta Domenico Scafoglio, quien, a través de su trabajo Turismo, desarrollo y cambio cultural: el caso na- politano, comparte con los lectores la experiencia de recuperación de la ciudad de Nápoles, donde, a través de la concertación, o sea la participación de todas aquellas instancias relacionadas con el turis- mo, así como la mediación cultural, que implica la participación activa de la comunidad receptora en el desarrollo turístico de su propio territorio, la ciudad de Nápoles ha recobrado su lugar como sitio de vi - sitantes, pero también, y lo más relevante para él, es cómo la población local ha volteado a verse a sí misma y se ha reencontrado con su identidad local, a través de esta reestructuración y recuperación de la ciudad como lugar de visitantes, así como de su artesanía y su particularidad gastronómica. En este caso, también ha sido importante la in - termediación comercial, que significó dar paso a nuevas figuras de profesionales que convencidos de esta nueva realidad productiva han contribuido a di - fundirla y fortalecerla, nos dice Scafoglio. Un factor importante en la transformación de esta ciudad pero sobre todo en sus habitantes, es la política de la desestacionalización, que promueve un nuevo uso del tiempo, pues se pretende que bajo el influjo de la transformación de las actividades co - merciales a las del turismo, se inhiba el éxodo vera - niego y los servicios al turismo se mantengan duran - te este periodo. Tenemos aquí el contraste en la visión de estos dos autores de lo que puede significar la transfor - mación de una ciudad en un lugar – mercancía; sin embargo, ambos autores coinciden en que en estas urbes se han desplazado sus actividades industriales por aquellas centradas en los servicios, el turismo y el ocio; o sea, han pasado de ser ciudades industria - les a posindustriales, o de fordistas, a posfordistas como las nombran Hernández y Scafoglio. Sin embargo, plantea Scafoglio, esto que puede significar limitar el uso de las ciudades, se ve desbor - dado por la búsqueda de la singularidad por parte de
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