Número 21

64 Rocío García Rey nos ofrece en La otra mujer zurda, por medio de con - juros a la ciudad, la nostalgia y la lluvia, certeras iluminaciones que conllevan al dolor y nos mueven en a preguntarnos en qué momento nos perdimos, o en qué momento alguien o algo nos mandó al exilio. Y aunque habitamos esta urbe con trenes y asfalto, con ausencia, con nombres; permanecemos como Hansel y Gretel extraviados. Nos en - contramos entonces con un inventario de ánimos en los que si bien existe la constante temática (ciudad, soledad, mar, bosque) sobresale también la liberación del imaginario, que sin duda nos transporta al discurso metafórico que funciona como preludio para entrar en una serie de relatos que nos dan mayor certeza sobre la propuesta poéti - ca y prosística de la autora. Este libro está formado en dos partes, la primera de 25 poemas y la segunda por seis relatos que nos remiten de inmediato al título, que confirma a plenitud, que “en cualquier calle sin ventana hay una ciudad y hay una mujer”, de quien “no se atreven a repasar su historia”. Última señal Hay un puerto donde un hombre se pinta de recuerdo. Una noche incendiamos todos los barcos una noche bastó el silencio para inventar la selva mi cuerpo permaneció tibio no hubo espejos porque el cuerdo era lo más absoluto de la noche. Después abriendo paredes para buscar tu nombre después también se fundaron los espejos mi cuerpo cayó al abismo última señal del olvido. La otra mujer zurda Rocío García Rey México Verso Destierro, 2010

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