Número 22

3 to y el empleador-- un salario que permita atender el coste de vida familiar de nuestra sociedad, según sus alzas. Sostenemos que debemos cuestionar de ma - nera consistente las formas precarizadas del empleo por ser una obligación ciudadana, pero debemos, so- bre todo, demandar nuevas fuentes de empleo y/o condiciones para generarlo. Para quienes defendemos el derecho al trabajo digno, no es una opción respetable la que defiende ese ciudadano, quien desea contentarse con tener la panza llena aunque muera envenenado de cianu - ro y otras sustancias tóxicas. Y en lo que respecta a su alusión al fantasma brasileño, lamentamos su supina ignorancia. El “fantasma brasileño” requiere hartazgo ciudadano y capacidad de resistencia fren - te al mal gobierno y la clase empresarial. A la fal- ta de trabajo se suma el hambre. La revista Proce - so  (Proceso núm. 1911, 16/6/2013p, p, 7) acaba de reportar la existencia de 8,055 hambrientos en la ciudad de Cuernavaca llevados a al campo ominoso de la desnutrición, frente a los cuales la Sedesol de Rosario Robles y Peña Nieto es incapaz de atender y abatir, salvo en sus alucinados extravíos demagó - gicos. Cuernavaca y Cuautla adolecen además de la presión de las mafias empresariales del transporte colectivo, las cuales apuntan injustificadamente a un alza del pasaje aprovechándose de la debilidad ciudadana, en la fragmentación social de los usua- rios de dichos servicios. Pero todo tiene un límite. Brasil es por éste y otros motivos, un “fantasma” a tomar en cuenta en nuestra Cuernavaca-mundo, en nuestro México lindo y querido. Resulta sorprendente el súbito y masivo mo - vimiento de protesta que en Brasil ha puesto en la calle diariamente a decenas de miles de indignados ciudadanos que inicialmente protestaban por el alza del trasporte en San Paulo y otras ciudades de su extensa geografía, motivo que luego se extendió hacia diversos y sentidos agravios sociales, como los gastos ocasionados por la Copa Confederaciones (ac - tualmente en curso), el mundial de futbol (2014) y los juegos olímpicos (2020), los excesivos impuestos (37% del salario), los graves problemas y carencias en los servicios públicos y la infraestructura urbana, la educación, la salud, la seguridad, la violencia policia - ca y la corrupción de la clase política.

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