Número 22

42 rectangular que por los años cuarenta del siglo XX lo sembraban de granos básicos, quizás por eso lo nombraron Tepemimilli (sementera sobre el cerro). Lo importante arqueológicamente hablando es que allí había montículos de piedras labradas y pisos de mortero. La mayoría de esta piedra ha caído por el lado oriente. El centro y valle de Tlaxomolco es lo más impor - tante. Se ven enormes volúmenes de paredes de mortero tirados en desorden acaso de teocalli o pirá - mides. Ahí están dos montículos cubiertos de bosque, esperando a los estudiosos para su ubicación históri- ca si no es que antes manos criminales las destruyen. Entre esos montículos y sus alrededores se ven patios en varios niveles, separados por tepancoates (líneas de piedra que semejan una serpiente) y árboles de chirimoyos, que nos hace pensar en una zona urba - na prehispánica. En este lugar poca cerámica se ha encontrado, pero por las pláticas que nos han hecho parece que las hay preclásicas por lo grueso, lo mal cocido y pintado del barro y el tipo de jarrón; sin em - bargo, de piedra se han visto fragmentos de metla - piles, pulidores, esferas para ondas y algunas flechas de obsidiana. Por estos datos puede suponerse que también hubo presencia en la época clásica. En estos lugares, aún hoy sin proponérselo, se siente el lejano cultivo del ancestro del maíz Teotzint - li y del frijol sagrado (Tlintzinetl) en un abrazo silen - cioso con flores para la vida. Por el lado norte y pasando la barranca de Tla- xomolco están los terrenos fértiles de la Quinta y Camohmila (Sementera de camote), en este último lugar no se descarta la posibilidad de alguna ruina arqueológica, pues han desenterrado ofrendas de tumbas pero los dueños, albañiles y peones se las han llevado. Desde el punto de vista de las pinturas rupestres, la zona de Tlaxomolco tiene su importancia. Al sur del centro de este lugar, a medio kilómetro y a unos cien metros de altura, se encuentra la pintura cono- cida como los “Venaditos” en que aparece emergien - do de una grieta dicho mamífero y que se ve desde el poniente. También aparecen unos símbolos “sola- res”. El animal tiene casi el tamaño natural en color rojizo. En otros lugares de esta zona aparecen perros ladrándole a la luna en creciente o menguante, pinta - dos en blanco y en diferentes tamaños sobre las pa- redes de las rocas. En el Yohualinchan, aparece cerca de su zona arqueológica un hombre pintado en rojo y al pie de la misma montaña del lado oriente un mono conviviendo con dos perros pintados en blanco. Falta mucho que decir sobre este tema, por ejemplo sobre las técnicas y materiales utilizados. Nosotros habitantes de Tepoztlán exigimos que sea respetado el Parque Ecológico del Tepozteco en su integridad, que sea preservada la historia y la me - moria de nuestros padres y abuelos y que se inves - tigue para lograr su preservación y para contribuir al conocimiento de nuestra historia y de la historia de los pueblos que ahí tuvieron un espacio de en - cuentro y de intercambio. No queremos solamente su rescate sino que se convierta en fuente viva de nuestra cultura ancestral que debe ser respetada y continuada por nuestros hijos. Por todo lo expuesto anteriormente el pueblo consciente de Tepoztlán se opone al negocio de am - pliar la autopista de dos a cuatro y cinco carriles del tramo que va de la Pera a Oacalco, ya que: 1. Provocaría la extinción de la flora y la fauna al ya no poder emigrar de la zona fría a la cálida y a la in - versa, por falta de pasos adecuados y suficientes. El asfalto y los gases de los automotores destrui- rían los bosques y tierras de cultivo, contribuyen - do a una mayor contaminación del aire y facili- tando enfermedades respiratorias. 2. Cancelaría el futuro de la industria sin chime- neas, como es la visita a la zona arqueológica, a las pinturas rupestres, paseos por los caminos y veredas prehispánicas; pues el potencial turísti - co ya está presente en esta zona por los grupos espontáneos que aparecen en fines de semana por algunos caminos, atravesando en varios lu - gares la autopista, con peligro de perder la vida. 3. No han consultado a la sociedad tepozteca de

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