Número 23

2 Editorial En el Volcán . año 2, núm. 23, julio 2013, es una publicación mensual. Editor Responsable: Paul Hersch Martínez. Reserva de de - rechos al uso exclusivo (en trámite), ISSN (en trámite). www.enelvolcan.com Responsable de la última actualización: Luis Sánchez García, fecha de la publicación: 21 de julio de 2013. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del Consejo Editorial de la publicación. E l pasado día 8 de julio, en un medida inexplica- ble, no sólo por no haber mediado explicación oficial alguna, sino porque no se puede compren - der como sensata desde el interés del Instituto Na - cional de Antropología e Historia, fue destituido el director del mismo, el etnólogo Sergio Raúl Arroyo, con quien habíamos entablado un diálogo fructífe - ro y conformado una comisión de investigadores para dar seguimiento al caso de la megaminería tóxica en Xochicalco . En la breve gestión reciente de Arroyo, él y su secretario técnico, Bolfy Cottom, recolocaron al INAH en su condición de dignidad al emitir un pertinente comunicado a la Semarnat alertando sobre los posibles efectos nocivos de la CORRIENTE CRÍTICA DE TRABAJADORES DE LA CULTURA EN EL ESTADO DE MORELOS www.enelvolcan.com redaccion@enelvolcan.com www.semillarubi.com info@semillarubi.com Diseño gráfico SemillaRubí c o m u n i c a c i ó n g r á f i c a Una institución y una región en asedio Director: Rafael Gutiérrez Yáñez. Editor: Paul Hersch Martínez. Consejo Editorial: Hortensia De Vega Nova, Perla Jaimes Navarro, Gilberto López y Rivas, Ezequiel Maldonado, Ricardo Melgar Bao, Fernando Sánchez Martínez, Luis Tamayo. explotación minera a tajo abierto cerca de Xochi- calco. Por supuesto que hay un “por qué” o varios de la destitución de Arroyo, que podemos intuir, pero no hallamos una razón , si entendemos por tal la fundamentación que emanaría de una lógica co - herente con el cometido de la institución, centrado en la investigación, la conservación y la difusión del patrimonio cultural de México. Esto sucede cuando ya empezábamos a ver la luz al fondo del túnel, tras apenas siete meses de gestión, de un relance organizativo difícil en el INAH, luego de la caótica e impresentable des- gestión sexenal de su antecesor, un embajador de quién sabe qué, y cuyo nombre, seguramente,

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