Número 24

37 cretario Técnico a un colega sencillo, interesado en mi trabajo, que no contemplaba cada tres segundos su reloj, el techo, su celular, el teléfono y que no me hablaba de sus logros académicos, administrativos, o de sus anhelo por clausurar la salida del elevador del piso de su oficina para evitar que “gente rara” como yo se colara y le molestase. Sinceramente el Dr. Bol - fy Cottom tampoco me habló frente a mi solicitud de apoyo económico al Museo de Cuquila, acerca de cómo Hacienda, la SEP, misteriosos contralores y una batería de acechantes vigilantes impedían al INAH apoyar la rehabilitación del Museo Comunita - rio de Cuquila o para resumir toda la investigación en general del INAH. Únicamente me explicó que le parecía importante apoyar la investigación relati - va a pueblos indígenas y especialmente retomar la relación con ellos a través de iniciativas vinculadas a las tareas que por ley tiene el INAH, como lo es jus - tamente el apoyo a la historia de los pueblos y a sus Museos Comunitarios. En los siguientes días, el Dr. Cottom, solicitó a sus asesores, especialmente a la capaz abogada Beatriz Ayluardo, que elaboraran un borrador de convenio entre las autoridades de Santa María Cuquila y el Di - rector General, Etnólogo Sergio Raúl Arroyo, para en - tregar una suma suficiente que aunada al trabajo por tequio de la comunidad garantizara la rehabilitación con materiales de la región de su Museo Comunita- rio. El borrador de convenio fue revisado por el Jurí - dico del INAH -previa carta solicitud que enviaron las autoridades de Santa María Cuquila- y se iniciaron los trámites para la firma del convenio. Sobra decir que en esos días y meses tuve esperanza -conforme leía en los periódicos que se suspendía el estrambótico teleférico en la ciudad de Puebla, entre otras acciones pequeñas y grandes- y tuve por primera vez la ilusión de no leer jamás acerca de la realización de eventos de mal gusto como son las “cumbres”, “ferias,” “ilumi- naciones”, “desfiles” en zonas arqueológicas y monu - mentos históricos. Pensé que ya no tendría que firmar otra petición en contra de que vulgares cantantes nacionales y extranjeros gorgojaran encima de mile- narias pirámides; no más cenas privadas de vulgares nuevos y viejos ricos, desfiles de moda ni anuncios gubernamentales relativos a programas de “seguridad nacional” en el Museo de Antropología o en el Castillo de Chapultepec. En fin, parecía que la institución pau - latinamente volvía latir con dignidad. El día 26 de junio se me citó en las oficinas del di - rector general para que fuese testigo de honor, junto con mi compadre C. Emiliano Melchor Ayala, de la fir - ma del convenio oficial entre las autoridades de San - ta María Cuquila 2013, C. Simón Juan Santiago Reyes, presidente municipal de Santa María Cuquila, Tlaxia - co, Oaxaca, y su suplente C. Félix Hilario Santiago, y el director general, Etnólogo Sergio Raúl Arroyo, para el apoyo económico de la rehabilitación del Museo Co- munitario de Cuquila. Llegamos puntuales a la cita, las autoridades junto con don Emiliano Melchor viajaron como siempre durante toda la noche, salieron un día antes a las a las 23 horas de la terminal de Tlaxiaco, poco después de terminar de organizar el tequio para la ampliación de la Clínica del pueblo. Durante el tiempo de espera en las oficinas del Director General, todo el mundo fue muy amable con las autoridades de Cuquila. Con cierta sorpresa obser - vé que el Etnólogo Sergio Raúl Arroyo había ordenado reabrir el elevador al piso de sus oficinas-quizá algu - nos recuerden que el anterior Director del INAH lo ordenó cancelar para que nadie lo molestara-. Poco después me enteraría que además el Director había viajado a una reunión de la UNESCO en un país asiá - tico y que acababa de llegar un día antes de ese largo viaje, pero nunca lo noté cansado y menos aburrido. Cuando entramos a la oficina del Director Gene - ral salió sonriendo, saludando y comentando que nos tomaran a todos una foto enfrente de una be- lla obra de arte huichol que adorna su oficina. Junto con el Dr. Bolfy Cottom nos acompañó a sentarnos en una gran mesa de reuniones. Ahí, durante la si- guiente hora, no sólo se firmó el convenio, sino que también las autoridades de Cuquila hicieron un digno agradecimiento al INAH, y el Director dio un emotivo y sincero discurso centrado en su interés prioritario

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