Número 24

7 gerir el antiguo concepto de la “caridad pública.” El enfoque intercultural surge a raíz del reconoci - miento constitucional de México como nación pluri - cultural (reformas constitucionales de 1992 y 2001), concretamente el nuevo artículo 2º de la Constitu - ción. La Cámara de Diputados aprobó en 2003 la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos In - dígenas, y se funda el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI). La Secretaría de Educación pasa de un modelo de educación indígena bilingüe a un modelo de educación intercultural para la enseñanza básica en escuelas en zonas indígenas. El tema del multiculturalismo y la interculturali - dad sigue generando controversias y debates en el país, así como acontece también a nivel internacio - nal. En general, como se dice en el lenguaje del in- ternet, “el sitio se encuentra aún en construcción….” Durante casi medio siglo el indigenismo mexi- cano fue considerado como un modelo de política pública progresista, moderna y esclarecida dentro y fuera del país, sobre todo en contraste con otros paí- ses latinoamericanos. A partir de los años ochenta del siglo pasado, reflejando lo que estaba sucedien - do en la ONU y otros foros internacionales, comenzó a escucharse (aunque no siempre a ser escuchada) una nueva voz de los pueblos indígenas. Esta voz, cristalizada en un emergente movimiento indígena y expresada a través del importante papel de voceros intelectuales , profesionales y políticos de las pro - pias comunidades indígenas, elaboró una articulada crítica del indigenismo tradicional y dio a conocer la situación real de la población indígena en el país, poniendo en duda ante la opinión pública nacional e internacional los anunciados logros del indigenismo oficial asimilacionista y modernizador. En este movi - miento destacaron también por su activa militancia numerosas mujeres líderes de sus comunidades y or- ganizaciones. Una visión alternativa, la de un México plural, comenzó a deslizarse incluso en el discurso político, que finalmente fue recogido, pero sólo parcialmente, en la reforma constitucional del 2001. ¿Qué había pasado? El modelo culturalista y asimilacionista del medio si- glo anterior, según diversas fuentes y estudios, había fracasado. Ya para fines de la década de los ochen - tas, cuando el estado mexicano adoptó el llamado “Consenso de Washington” y normó según sus direc- tivas las políticas económicas y sociales del país, este modelo había naufragado. Pese a que algunos indicadores sociales efecti - vamente mostraron mejoría (educación, salud) sin embargo, en términos generales la situación de los pueblos y comunidades indígenas no solamente se- guía estancada, sino había empeorado en términos absolutos y relativos en diversas regiones del país, en comparación con décadas anteriores. ¿Y qué sucedió entonces? El Estado tenía una alternativa. Volver al modelo de - sarrollista de los alguna vez llamados “gobiernos de la Revolución” y tratar de hacerlo más eficiente, pro - fundizando un esquema de desarrollo campesino, impulsando la productividad del campo, asegurando la autosuficiencia, soberanía y seguridad alimenta - rias, fortaleciendo el mercado interno, reteniendo la mano de obra indígena y campesina precisamen- te en el campo en vez de propiciar su emigración despavorida y anárquica al “otro lado,” y al mismo tiempo proteger y conservar el equilibrio ambien - tal y ecológico del país, así como –y no es lo menos importante- fortalecer el tejido social y cultural de las comunidades indígenas. Nada de esto se hizo al amparo del famoso Consenso de Washington y del Tratado de Libre Comercio (TLC) que le siguió, y los resultados están a la vista. O bien, la otra alternativa, la que el Estado y bue - na parte de la clase política asumieron con entusias - mo: insertar la economía nacional en la globalización sin considerar costos ni resultados; privatizar funcio - nes y responsabilidades del estado sin contemplar consecuencias sociales y culturales; promover la competitividad individualizada sin tener en cuenta los pilares de la cooperación y la vida comunitaria,

RkJQdWJsaXNoZXIy MTA3MTQ=