Número 25

20 aglutine a todas las fuerzas, aún las más focaliza - das, que resisten la privatización no sólo del pe - tróleo, sino del agua, el maíz, las playas, los mi - nerales, la electricidad, los sitios arqueológicos, la cultura y la educación pública de México. La idea de defender los combustibles fósiles y la electricidad sin conexión con los otros recursos amenazados de la nación resulta limitada. En el mismo orden de gravedad se sitúa la apertura de los recursos energéticos, la posible contaminación genética del maíz por los transgénicos, y el saqueo inmisericorde de los minerales, que han hecho que los gobiernos cedan la cuarta parte del país (50 mi - llones de hectáreas) a las compañías canadienses, inglesas, estadounidenses, chinas y mexicanas. Igualmente resulta inexplicable la concentración de la resistencia en la capital del país, cuyas ac - ciones no alcanzan a impactar a escala nacional al quedar aisladas y tergiversadas por la mayoría de los medios masivos de la comunicación que son afines al sistema. Estos dos rasgos, desconexión y centralización, impiden mostrar la verdadera fuer - za del poder ciudadano que hoy se despliega por buena parte del país en defensa de recursos, terri - torios y derechos colectivos. Una visión correcta deber conectar y ensam - blar, mediante la organización, los movimientos de resistencia contra la minería y contra los megapro - yectos hidráulicos, urbanos o de- comunicación, o en defensa del territorio, de! agua del maíz, por lo común circunscritos a luchas locales o regionales con las movilizaciones esencialmente urbanas en defensa del petróleo, la electricidad y la educación p ública, y ambas con las resistencias gremiales de electricistas, mineros, jubilados, estudiantes (#Yo - Soyl32) y trabajadores de la industria automotriz y de aviación. A lo anterior se deben agregar las comunidades y municipios con autodefensas. Se trata de mirar el rompecabezas completo. Un recuento aproximado de las acciones ciudada - nas que hoy existen en México arroja conflictos y resistencias en unos 180 municipios, de los cuales en 53 son originados por la minería. Existen ade - más autodefensas en más de 160 comunidades de 30 municipios, más los municipios de los Caracoles Neozapatistas en Chiapas. La realidad geo-política del país muestra un panorama de numerosas e .intensas moviliza - ciones en las que ciudadanos del campo y de las ciudades se organizan para defender derechos, territorios y recursos o para autodefenderse. Sin embargo, mientras que las fuerzas políticas, em - presariales y corporativas de la destrucción y la ra - piñase encuentran formando un solo frente, las de las resistencias nacionales y ciudadanas se hallan dispersas, diseminadas y aisladas. Hoy, se debe tejer desde abajo y en lo pro - fundo. La venta total de México, que es el sueño neoliberal no sólo debe detenerse También debe servir de plataforma para avanzar la organización en redes y para desplegar el control social de los espacios rurales y urbanos. Que los miembros del poder político sigan creyendo que ellos represen - tan legítimamente a la sociedad mexicana es una fantasía que las fuerzas ciudadanos deben apro - vechar para construir su propio poder a lo largo y ancho del territorio y las ciudades. Es decir, de la resistencia se debe pasar a la autogestión, la auto - nom ía y la autodefensa. Frente a los proyectos sui - cidas del capital y sus políticos, no solo se defien - de a la nación, se defiende la historia, la cultura y. en fin, la vida misma. Tomado del Periódico la Jornada del 7 de septiembre de 2013, con autorización del autor.

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