Número 26

39 Los cuatro puntos orientales. El regreso de los árboles a la historia Carlos Martínez Asad. México: Ed. Océano, 2013, 448 págs. E l mundo árabe ha sido siempre fuente de descon- fianza e incomprensión para una parte importante de la población de Occidente. Los árabes fueron presencia constante en la Europa medieval, tanto por su im- portancia en la creación, conserva- ción y transmisión del conocimien- to como por los conflictos bélicos sostenidos. Después de la caída de Constantinopla, sin embargo, los pueblos de la región parecieron importar poco ante la mirada he- gemónica de Occidente, que sólo aparentaba fijarse en ellos como una parte más del proyecto de ex- pansión global de los imperios co- merciales. Las últimas décadas han obligado a mirar de nuevo hacia el Medio Oriente. La importancia co - mercial del petróleo y la relación, cada vez más deteriorada, entre Is- rael y sus países vecinos han vuelto mucho más compleja la presencia militar occidental en la región. Los movimientos internos que se han rebelado contra los viejos reductos del poder han inflamado territorios que no consiguen gozar de una paz duradera. La migración árabe —en particular la de religión musulma- na— ha llegado a una escala que alarma a los gobiernos europeos. Y la emergencia de figuras con peso indiscutible en la literatura, el cine y la música ha enriquecido como nunca la vida intelectual en todo el orbe. A cada uno de estos aspectos dedica Carlos Martínez Assad unas páginas informadas y de análisis profundo, para derramar luz sobre las implicaciones económicas, polí- ticas y culturales de la vuelta de los árabes a la historia. En el océano oscuro Jesús Morales Bermúdez. Méxi- co: Juan Pablos Editor, 2013, 92 págs. C on las pretensiones propias a las del divertimiento lite- rario, En el océano oscuro se ofrece como novela de las fatigas propias a los autores furtivos y de sus tramas siempre lábiles, siempre en la fragilidad, en la frugalidad y la fuga. Cada cual de este tipo de amores, pan cotidiano y vino, urde la telaraña de su vivacidad entre emociones, anhe- los y desencantos. El de la novela, ex- pande la red de su durabilidad en diá- logos y relatos, igualmente fugaces, sustento ellos mismos del juego en que se construyen la fuga amorosa, los desencantos y la dimensión enig- mática en que se figuran las mujeres, según el creador del psicoanálisis y según los entrevelos del narrador de la novela.

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