Número 32
13 de las mujeres biopoliticamente –en tér - minos de Foucault- en tanto poder que se ejerce a través de disciplinas, discursos y prácticas concretas. Así como algunas mujeres optan por alimentar a sus hijos ellas mismas, otras, deciden que no quieren o no pueden por múltiples razones. Este sector, está siendo cuestionado por las campañas pro lactan- cia que asumen que todas las madres debe- rían amamantar a sus hijos, aún cuando no se existe una cultura que incentive la lac - tancia materna. En este sentido, hacer pro- paganda enfocada en las mujeres que no quieren “perder su figura” es un error ga - rrafal: cualquiera que haya sostenido a un bebé entre sus brazos para alimentarlo con sus pechos sabe, que independientemente del lazo que se genera entre la madre y el bebé, así como de los beneficios que ofre - ce la leche materna, ésta no es sencilla: A veces la leche no baja a tiempo, otras es dolorosa, en algunas ocasiones los niños no quieren pegarse al pecho de la madre, otros tardan horas prendidos y el uso del saca leche en es el mejor de los casos un acto estoico. En este sentido, muchas mu- jeres no amamantan por desinformación,
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