Número 32

55 po femenino de la ciudad en las tardes pluviosas de verano: « En las tardes con la lluvia /se baña su piel morena, /y al desatarse las trenzas /sus ojos tristes se cierran ». 18 En 1970, con mucho más éxito la simbolización del cuerpo femenino bajo la coreografía de una tarde igualmente pluviosa y en clave de bolero, se la debe- mos al cantautor Armando Manzanero: Esta tarde vi llover /vi gente correr y no estabas tú. /La otra noche vi brillar /un lucero azul y no estabas tú. //La otra tarde /vi que un ave enamorada /daba besos a su amor, ilusionada, y no estabas. /Esta tarde vi llover / vi gente correr y no estabas tú. /El oto - ño vi llegar, /al mar oí cantar y no es- tabas tú. //Yo no sé cuánto me quie - res, /si me extrañas o me engañas, sólo sé que vi llover, / vi gente co- rrer y no estabas tú. El ocio y las tardeadas La tardeada en Acapulco se convirtió en motivo central de una conocida novela de José Agustín para abrir juego a diversas 18 Kuri Aldana, Mario y Vicente Mendoza Martínez. Cancionero Popular Mexicano, vol. 2 . México: CONACULTA, 1992, p. 380 transgresiones de corte juvenil. El título es provocador al borrar la noción misma del límite temporal: Se está haciendo tarde (final en laguna) fue publicada el año de 1973. La tarde del sábado chilango tiene mu - chas entradas y salidas, de los interiores a los espacios públicos, hegemonizando sus tonos festivos y plebeyos. Un interesado y pausado ingreso y recorrido por el tianguis de Tepito al filo del mediodía de un 25 de enero de 1986, se corta abruptamente al develarse la tarde vía el recuerdo de otro tiempo. El tiempo liminar permite entrar y salir del reencan- tamiento del espacio urbano, incluyendo el de sus mercados callejeros. Es posible que una marchante reconozca en ese instante crepuscular el tiempo liminar y un pasado gozoso e infantil. Es la hora de partir sin renunciar al símbolo-mercancía de otro tiempo, el mercado tepiteño tiene anuda- dos la magia y el azar. Entre la ruma de ti - liches y cachivaches, una muñeca de trapo con su carita sucia y su sonrisa, le recuerda a la marchante una añeja noche de reyes, la compra y recupera otro instante, parte. Resumamos en sus propios términos el re- lato: « Son ya las cinco de la tarde cuando www.noquedaotrolugarqueirseamexico.blogspot.com

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