Número 32
6 por el cansancio y la carga inhumana de trabajo (sin ha- ber recibido ningún pago en Shifa en los últimos cuatro meses). Ellos atienden, derivan, tratan de entender el in- comprensible caos de cuerpos, de tamaños, de miembros, de seres humanos que caminan, o no pueden caminar, que respiran, que no pueden respirar, que se están desangran- do, y que no se desangran. ¡SERES HUMANOS! Hoy, una vez más tratados como animales por «el ejér - cito más moral del mundo» (sic). Mi respeto por los heridos es infinito, en su sobria de - terminación en medio del dolor, la agonía y el shock; mi admiración por el personal y los voluntarios es infinita también; mi cercanía al sumud palestino me da fuerzas, aunque por momentos solo quiero gritar, abrazar fuerte a alguien, llorar, oler la piel y el cabello cálido de un niño cubierto de sangre, protegernos a nosotros mismos en un abrazo sin fin… pero no nos podemos permitir eso, y ellos tampoco. Caras cenicientas… ¡Oh, no! Ni más cargas de decenas de mutilados y sangrantes… todavía tenemos lagos de san - gre en el suelo en la sala de emergencias, pilas de vendas empapadas en sangre para limpiar… Oh, los limpiadores… El doctor Mads Fredrick Gilbert (al centro) en el hospital de al-Shifa www.middleeastmonitor.com
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