Número 37
15 1 P or eso, porque es nuestro deber no permitir que el silencio nos invada e inmovilice, ocupo este espacio de reflexión colectiva sobre la tragedia ocurrida en Iguala, Guerrero, en donde normalistas de la Normal Rural de Ayot- zinapa fueron protagonistas y víctimas. También porque a ocho meses de los suce- sos quedan infinidad de preguntas sobre lo acontecido, porque como académicos tenemos una responsabilidad ética para contribuir al análisis de las causas de la violencia y la problemática generalizada, y proponer desde nuestro ámbito medidas y recomendaciones que nos ayuden a salir de esta encrucijada. Introducción Varias dimensiones están presentes en el análisis de los sucedido en Iguala, Gue- rrero, el pasado 26 y 27 de septiembre de 1 Blades, Rubén. “Ayotzinapa”, 24 de noviembre de 2014, en: Rubén Blades, página oficial. Ayotzinapa : crimen de lesa humanidad Rosa María Garza Marcué DEAS-INAH 2014, todas ellas históricas. No referirse a estos antecedentes, aunque sea enuncián- dolos, limita la reflexión al suponer que la tragedia de Iguala es un hecho aislado, local, que es la versión que el Estado mexi- cano intenta, inútilmente, convertir en una “verdad histórica”. Pensar sobre el estado de Guerrero nos remite necesariamente a carencias y necesidades, entre las que des- taca la pobreza alimentaria y la extrema pobreza (después de Chiapas es la segunda entidad con mayor porcentaje de personas en extrema pobreza, 31.7 de cada 100 habi- tantes la sufren; CONEVAL 20110-2012); en Guerrero, de cada 100 personas de 15 años y más, 17 no saben leer ni escribir, es decir, un 14.4% de la población estatal, comparado con el promedio de 7 % de anal- fabetismo a nivel nacional. El promedio de escolaridad de los individuos de 15 años o más fue de 7.3 años, un 13.1% inferior al 8.4% del promedio nacional; Guerrero tie- ne el significativo precedente de la guerra …después de lo sucedido, nada debe volver a ser como antes. La humanidad no puede seguir alimentando el silencio que contribuye a soslayar y olvidar estas tragedias. Ese invisible muro de silencio que con tanta frecuencia se va construyendo después de la denuncia inicial de un hecho abominable. Ese silencio que funciona, lamentablemente como reemplazo de la verdad… Ayotzinapa no es un problema mexicano. Es un problema humano, y por ende, internacional. Es también nuestro problema .
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