Número 37
25 investigación y sanción de las desapari- ciones forzadas y búsqueda de las perso- nas desaparecidas”. 19 A estas recomendaciones respondió también la Secretaria de Gobernación, refutando las observaciones del Comité y asegurando que “éstas no reflejan adecua - damente la información presentada por nuestro país el 2 y 3 de febrero pasados en Ginebra Suiza”. En su comunicado se des- taca que “las recomendaciones emitidas no reflejan adecuadamente la información presentada por México ni aportan elemen- tos adicionales que refuercen las acciones y compromisos que se llevan a cabo para solventar los retos mencionados”. Es difícil reforzar acciones y compromisos cuando éstos son inexistentes, de modo que éste comunicado, al ser como siempre impreci- so, genera mayores incertidumbres y pre- ocupación sobre el cumplimiento o no de las recomendaciones y observaciones emi- tidas por el CED. Al mismo tiempo se intenta evadir el escrutinio internacional en materia de derechos humanos. Pero sobre todo, el gobierno mexicano demuestra falta de vo- luntad política para respetar los derechos humanos, pretende negar la realidad y la verdadera dimensión de la crisis en mate- ria de derechos humanos y la ausencia de una democracia verdaderamente represen- tativa del pueblo. 20 El crimen de lesa humanidad de Iguala tiene su base en gobiernos que decidie- ron desde hace por lo menos tres déca- das secuestrar el derecho constitucional, destruir la soberanía nacional, e impulsar un proyecto de subordinación integral a los intereses corporativos y de seguridad transnacionales. Este proyecto ha resulta- do en un Estado atomizado, derrumbado, carcomido, sometido a la disputa de dis- 19 “Critica Meade recomendaciones del Comité de Naciones Unidas”, nota de Víctor Ballinas. La Jornada, 17 de febrero de 2015, página 4. 20 De acuerdo con Amnistía Internacional, en México hay 7 mil denuncias por tortura y sólo 7 condenas a escala federal; diariamente mueren 6 mujeres por crímenes de violencia de género, más de 22 mil personas están desparecidas, y México se ha convertido en uno de los lugares más peligrosos para ejercer el periodismo. La Jornada, nota de José Antonio Ro- mán, “Falta Voluntad del gobierno considera AI”, 17 de febrero, página 4. tintas fracciones de partidos, de los gru- pos policiales, las fuerzas armadas, todos en colusión con la criminalidad. Dentro de los fines de un estado neoliberal des - nacionalizado, uno de sus ejes principales ha sido destruir la educación pública, lai- ca y gratuita. Gracias a la resistencia del magisterio organizado esto no se ha lo- grado; sin embargo, las escuelas oficiales, sobre todo las de educación básica y me- dia, agonizan entre el abandono y la des- trucción. Los planes de estudio han sido prácticamente desbaratados, relegando el aprendizaje de la historia nacional, el ci- vismo, el español, entre otros, importan- tes temas. Incluso se promueve de año en primero, segundo y tercer grado a niños que aún no aprenden a leer. Se busca la eficacia a partir de dejar en el camino a los estudiantes más pobres, los que para la lógica del sistema político hegemónico son desechables. Reflexiones finales Ante este panorama de violencia, es nece- sario convocar a una toma de posición, la de los antropólogos éticamente compro- metidos al lado de los pobres, de los des- poseídos; no podemos permanecer como mudos testigos. Desde la academia se pue- den realizar acciones. Somos fundamental- mente observadores objetivos, pero no por ello neutrales; por esto, la denuncia y la difusión son acciones que se pueden llevar a: foros, publicaciones, congresos, etcétera. Otras formas serían apoyar en los cursos académicos de las normales rurales, dando talleres sobre diversidad cultural, dere- chos indígenas, historias propias y locales, entre otros. Asimismo, registrar etnogra- fías y testimonios de violencia y despojo que puedan contrastar las versiones hege- mónicas, para así producir las historias lo- cales desde las comunidades. Difundir es- tas versiones es un compromiso ético que tiene como referente la verdad. Finalmente, es necesario romper el silencio y no permitir el olvido, en una frase, ejercer una antropología al servicio del pueblo.
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