Número 37

28 cional. Se imaginaban que el pueblo kurdo había existido por mucho tiempo y tenía el derecho de continuar su existencia. Esto puede sonar hoy una cosa fácil de imagi- nar. Pero en aquel entonces las políticas genocidas, tanto culturales como físicas, y el grado de asimilación a las estructuras políticas internas establecidas por los co- lonizadores, hacían realmente difícil ima- ginar cualquier cosa. Pero se atrevieron, y pagaron el precio, porque, ¿qué es la vida sin libertad? No mucha gente ha oído hablar del paradigma alternativo que el pueblo kur- do está discutiendo y tratando de poner en práctica. Pero hoy en día, de repente, este paradigma esta simbolizado por una ciudad de la que nadie había oído hablar: Kobani. Estamos siendo testigos de una revolución, justo cuando muchos han sido convencidos de que las revoluciones no son posibles, incluso, tal vez posibles en otros lugares, pero no en el Medio Oriente, y ciertamente, ¡no en el Kurdistán! Los fundadores del PKK provienen de diversos ámbitos de la vida; de diferentes creencias, etnias y con la presencia acti- va de mujeres desde entonces en el grupo inicial. Esta combinación de juventud ru- ral y urbana, que en la mayor parte pro- venía del estudiantado, dio un tremendo dinamismo a este joven movimiento. Tal combinación no permitía el dogmatismo. De este modo, el feudalismo, el chovinis- mo, el nacionalismo, la dominación mas- culina fueron rechazados desde el prin- cipio y dieron al movimiento una buena base sobre la cual desarrollarse. Sería injusto afirmar que la compren - sión y el análisis sobre la cuestión de la mujer era tan profunda en aquel entonces. Nosotros estaríamos dando un atributo má- Fuente: www.davidmeseguer.com

RkJQdWJsaXNoZXIy MTA3MTQ=