Número 42

5 Foto de Eduardo Miranda / Proceso o Tascaltecal), Cholula (Churultecal), Huejotzingo (Guasucingo o Guasuçin - go), Huaquechula (Buacachula), Texco - co (Tescucu), Churubsco (Huchilohu - chico), Ixtapalapa (Yztapalapa), Izúcar (Yzcucan), Texcoco (Tesuacan), Culhua - cán (Caluaalcan), Acolman (Acuruman), Otumba (Otumpa), y otras que perma - necieron iguales como Chalco, Tacuba, etcétera. Al respecto, faltan estudios filológicos sobre las designaciones y escritura de nombres en aquellos pri- meros años de conquista y dominación española, y las maneras y modos en que terminaron siendo conocidos por las ge- neraciones subsecuentes. Lo anterior lo traigo a cuenta por - que, de acuerdo con la información de que dispongo, sólo hay un caso relevan- te en que no se cumplió lo registrado por Anglería. Me refiero al nombre de la ciudad de Temixtitan o Temistitan, después Tenuxtitlan o Tenoxtitlan, que se terminó escribiendo y nombrando Tenochtitlan, para luego ser llamada y consagrada como ciudad de México. Es probable que un buen número de lectores se sorprenda con dicha afir - mación y otros, con mueca socarrona, señalen que en todo caso era Mexi- co-Tenochtitlan, pues así está escrito en muchos libros de historia, desde los pri- meros tiempos. Ante tal posición, que respeto, señalo la necesidad de explorar otras posibilidades para validar o inva- lidar las percepciones que tenemos del pasado. Pero vayamos con calma, pues intentaré explicar mi punto. Temixtitan, ¿la ciudad de Cortés? El español más importante en la Con - quista fue, sin duda, Fernando Cortés, a quien, por alguna extraña razón no sufi - cientemente explicada, todos conocemos

RkJQdWJsaXNoZXIy MTA3MTQ=