Número 49

36 De esta manera, observamos que, pese a las altas cifras de pobreza en México, esta política sólo considera a un segmento poblacional muy peque- ño dentro de lo considerado como pobreza (Figura 2). Es importante notar que la definición de la pobreza y la tipología que se desprende de ésta se fundan en la medición de la misma, sin mayor elabo- ración teórica. De esto se desprende la imposibilidad de confrontar defini - ciones potencialmente contradictorias respecto a los conceptos utilizados, tales como pobreza, hambre, alimento y alimentación (estos últimos dos ni siquiera son definidos). Se asume entonces un único paradigma válido desde el cual son definidas, clasificadas y evaluadas las formas de vida y alimentación de aquellos considerados pobres, sin hacer referencia a la di- ferencia y a la desigualdad y sin buscar los orígenes de las mismas. Así, esta política pública en materia de alimentación, al considerar con- tenidos y nociones locales sobre pobreza, alimentación y comida, se pre- senta como imposición de una visión discriminatoria de pretendida neutra- lidad moral y cultural, que encubre la potencial intención de asimilación cultural (Tubino, 2005); es decir, se configura como un potencial mecanismo de control del Estado que pretende homogenizar las culturas subalternas e incorporarlas al deber ser/deber comer de la cultura hegemónica. Esto nos lleva a concebir cocinas de la pobreza como una categoría que hace referencia al conjunto de estrategias, formas de preparación, platillos e ingredientes que permiten a un grupo solventar su alimentación en mo- mentos de escasez o precariedad. El trabajo de Patricia Aguirre (2004), en Figura 1. Tipos de pobreza. Elaboración propia a partir del glosario de CONEVAL (http:// www.coneval.org.mx/Medicion/Paginas/Glosario.aspx)

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