Número 54

5 Sin embargo, el tema se soslaya en el horizonte político del país, y ni la amenaza ni las medidas ur- gentes para enfrentarla figuran en agenda alguna. ¿Y Morelos? Su estatua, en clara metáfora, desapareció de los linderos entre el estado y la ciudad de Mé- xico. Ya no está en su recinto al lado de la au- topista, y es que por ahí se afirma que optó por la retirada furtiva, que se escapó una noche por el bosque, hastiado ante los estropicios y el ci- nismo de un tal Gráculo y ante otros focos rojos que le preocupan por seguir creyendo tanto en el asunto hoy anacrónico del “bien común”. Luego resulta que encontraron destazados restos de su corcel de bronce… metáfora completa. La figura de un futbolista como gobernador es también una metáfora que nos brinda la afi- ción por la pelota botante, porque con la política como espectáculo o como ocurrencia, el jugador puede entrar a la cancha y manejar el balón para burlar algún defensa ante la portería, pero tal vez no pueda burlar a quienes un día fueron electo- res-aficionados. Y entonces aparece otra metáfo- ra, no futbolística sino histórica, y es que a veces los padres también tienen el supremo derecho a equivocarse (no faltaba más) como cuando lle- van a bautizar a un menor. Por ejemplo, cuan- do eligen para ello el significativo nombre de Cuauhtémoc. Y es que los padres de la criaturita tal vez nunca imaginaron al indomable guerrero Viñeta de Andrés Rábago, El Roto (reproducida con su autorización)

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