Número 56
11 Detalle de la cara del felino. Fotografía: Pavel Leiva Vista lateral del felino. Fotografía: Pavel Leiva der estatal de corte teocrático 8 . Por otro lado, este animal melánico puede es- tar relacionado con la noche, con el inframundo (cuevas), también conocido como el ukupacha. 9 Es en este período que se relacionan a las cultu- ras de Perú (Chavín) y México (Olmecas) por los rasgos estilísticos que guardan; incluso Piña Chan mencionaba en clases, que pobladores de Valdivia, Ecuador, migraron hacia el norte de Perú estable- ciéndose en Chavín, y hacia México, ubicándose entre los actuales estados de Tabasco y Veracruz, en la conocida zona Olmeca, cuyos rasgos en las tres áreas son de jaguares, serpientes, entre otros, dándole incluso el nombre del “pueblo del jaguar” (Piña Chan, Román y Covarrubias, Luis, 1964). El jaguar, el condor y el yawar fiesta del intermedio temprano (200 a. C. – 400 d. C.) En otro caso, una escultura miniatura moldeada y sólida, realizada en plata finamente trabaja- da, cuyas medidas son de 5.5 cm de largo por 8 Comunicación personal en Lima, Perú (1999). 9 Ukupacha, palabra quechua que significa “El mundo de los muertos”, “El inframundo” o “El mundo de abajo” consultado en línea: htpps//www. mitologia.info/uku-pacha/ 4.7 cm de alto, remite a la dualidad entre el oto- rongo y el cóndor. Es notorio que el felino en los ojos presentaba incrustación, aunque ahora sólo quedaron las huellas; en cambio, la figura ornitomorfa que se encuentra sobre el otorongo presenta en los ojos incrustaciones de cuarzo y obsidiana negra. Es clara la escena: se tiene al felino en posi- ción de defensa, cansado, vencido, con la lengua afuera y la cola doblada sobre su lomo, mientras el ave en equilibrio, tiene las alas abiertas y se encuentra picoteando la oreja derecha del jaguar. A diferencia de la pieza antes descrita, ésta pertenece a la cultura Mochica del Intermedio Temprano que va del 200 a.C. al 400 d.C., y su equivalente en México sería entre el Preclásico Final y el Clásico Temprano. Esta escena nos recuerda a una representación vigente 10 , que supuestamente tiene su origen en épocas virreinales y que inmortalizó el antropó- logo y escritor peruano José María Arguedas en su novela “Yawar Fiesta” (2011), que significa “Fiesta de sangre”, publicada en 1941. En su des- 10 La representación se practica aún en pueblos indígenas de las regiones de Apurímac y Ayacucho, en la semana del 28 de Julio de cada año.
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