Número 56
29 comer un filete estás matando a un lémur en Mada- gascar, o, al comer un pollo, sacrificas a un loro en la Amazonia (Morell, 2015). Y no se trata sólo de la Amazonia; a medida que por todo el mundo se destruyen bosques para la cría de ganado y para el cultivo de su ali- mentación, las especies indígenas son expulsa- das. Los bosques en Sumatra que son el hogar de elefantes y jaguares están siendo destruidos para plantar monocultivos de palmeras aceiteras cu- yos frutos también se usan para la alimentación del ganado (Johnston, 2017). En Tanzania los animales que pastan continua- mente reducen la diversidad de hierba y con ello ponen en peligro los suministros de comida para al menos, las cebras, los ñus, los elefantes, las ji- rafas y los rinocerontes; la industria de la carne no sólo decimará a la población silvestre de dicho país, sino que también usurpará los pocos parques nacionales que constituyen el hábitat de todas es- tas especies de animales (López, 2015). F5. Calentamiento global Calcular con precisión la cantidad de gases de efecto invernadero (GsEI) que emite la industria de la carne desde que ésta sale del establo y hasta que llega a la mesa es una tarea ardua y difícil debido a que las emisiones de carbono a lo largo de cadenas enteras en todo el proceso que va de los establos a los consumidores no se contabilizan oficialmente; para intentar llenar esos huecos se han realizado un cierto número de estudios y cálculos complicados. De acuerdo con el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), la agricultura, la silvicultura y otros usos del suelo generan el 24% de los GsEI (IPCC, 2014). Los intentos para en- tresacar el papel de la producción de ganado de dicho porcentaje han producido un amplio inter- valo de valores que va del 6 al 32% (Heinrich Böll Stiftung, 2014); la diferencia, de acuerdo con el estudio titulado Atlas de la Carne , depende de la base con la cual se hace la medición. ¿Debería contabilizarse sólo al ganado o deberían incluir- se una gran cantidad de otros factores necesarios para su producción? Diversos modos de crian- za ocasionan diferentes niveles de emisiones y ello ha generado una áspera discusión acerca de la crianza intensiva versus la crianza extensiva (Wyatt, 2011), y la aparición de la agricultura regenerativa (Eisenstein , 2015 ) –un modelo para la práctica agrícola que apunta a combinar tecno- logías y técnicas para la regeneración de suelos y el restablecimiento de los niveles de biodiver- sidad a la vez que se captura el carbono emitido en toda la operación, es decir, un modelo donde en lugar de intentar dominar a la naturaleza, se busca imitarla, mimetizarla. Un estudio del Worldwatch Institute indica que, a nivel mundial, la agricultura industrial pro- duce más emisiones de gases de efecto inverna- dero que todos los autos, aviones y todas las otras formas de transporte juntas (Goodland y Anhang, 2010). La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura conside- ra que solo las emisiones de bióxido de carbono (CO 2 ) provenientes de la cría de ganado, repre- sentan el 15% de las emisiones inducidas por la actividad humana, siendo la carne y la leche los principales responsables de tantas emisiones. Con respecto a los gigantes consorcios que do- minan el sector de producción de carne a nivel mundial, un prominente estudio en el 2017 encon- tró que los tres mayores consorcios –José Batista Sobrinho (JBS), Cargill y Tyson Foods– emitían mas GsEI en el 2016 que todas las emisiones de un país fuertemente industrializado como Francia (GRAIN, IATP y Heinrich Böll Foundation, 2017). G. El impacto ambiental de una sola de las muchas instancias en las que se desperdicia carne: la carne que desecha el consumidor, exclusivamente En un estudio reciente (Conrad et al. , 2018) se consigna que entre 2007 y 2014, el estadounidense promedio desperdició 56.8 gramos de carne al día (IC95%: 55-58.6); dicha cifra representa el 13.5% de la comida en buen estado que cada consumidor promedio desperdicia diariamente en los Estados Unidos: 421.45 grs. (409-433.9 grs), es decir, en esta cantidad no se cuentan los desperdicios adi- cionales de carne que ocurren en toda la cadena que va desde la gestación hasta la venta al menu-
RkJQdWJsaXNoZXIy MTA3MTQ=