Número 56
47 tido a la institución en personera al servicio de la empresa, fueron más allá al usarla como aval para un embuste, al establecer un compromiso a la comunidad que han eludido e incumplido: Ellos dijeron que todo lo que se encontrara ahí se iba a mover a un museo de sitio; que las autorida- des federales iban a soltar el recurso para el museo de sitio; nosotros buscamos que se conservara, pero ellos dijeron ¡no! porque los planos de la pista no podían ser modificados; esas fueron las prome- sas: nos dieron atole con el dedo. La empresa de la pista nunca se contactó con nosotros: todo fue a través del INAH, pero solo al principio, después ya no nos recibían (ni) a nosotros. De hecho, ni a la presidenta municipal tampoco recibían… Testimonio anónimo, Tlaltizapán, 2018. ¿Quiere usted, apreciable lector, presentarse como representante del INAH hoy en Tlaltizapán? Si bien en un inicio el atropellado diálogo entre pobladores y representantes del INAH fue posi- ble, la comunidad fue en busca de una institución federal enclaustrada en la capital morelense, con el objetivo de dar sustento a sus peticiones de conservación arqueológica. En ese contexto, justo después de la demoledora respuesta institucional, las puertas del claustro se cerraron, la muralla en- tre comunidad y academia/institución se reforzó, desdeñando las peticiones venidas desde la ver- dadera participación social. Así, ¿para quién están abiertas las puertas del claustro?: este acto es un claro ejemplo de cómo se co- mienzan las tensiones entre instituciones y pue- blo, cuando los primeros comenzaron con el atropellamiento a nuestro derecho al diálogo, mismo que se traduce en violencia… Comité Despierta Tlaltizapán, 2015. Precisamente, este escenario hostil remite a lo que Rivera Cusicanqui (2010) define como las violencias (re)encubiertas que evidencian un modo de dominación social con raíces sustenta- das en un horizonte colonial de largo alcance. La lucha siguió. Sin embargo, como mencio- nan los pobladores: Nos estuvimos desgastando, no vimos nada cla- ro con las autoridades, hicimos una kermés para juntar dinero, nos organizábamos. Pero al final de cuentas la corrupción lo logró, no es posible que cosas como estas, pues es nuestra identi- dad, pasen a ser atravesadas por las patas de quien esté al mando, sobre todo que no hagan nada, que digan que iban a hacer algo y no lo hicieron. A nosotros como simples pobladores creemos que no nos hacen caso, eso está des- de arriba, eso fue lo que pensamos, la verdad es que nos dimos por vencidos porque nuestros es- fuerzos eran en vano, solo logramos hacer ruido en las redes sociales. ¿Cómo luchas con la gran constructora? era pe- lear con el gobierno federal. Testimonio anónimo, Tlaltizapán, 2018. El escenario actual La autopista siglo XXI, inaugurada el 26 de noviem- bre de 2018 por el entonces Presidente de la Repú- blica Enrique Peña Nieto, es una de las carreteras más caras del país, pues transitar sólo el tramo que corresponde a Morelos, 61.8 km, cuesta $170.00 pesos. El proyecto de infraestructura carretera lo- gró, por un lado, que se estableciera la ruta comer- cial Golfo y Pacífico mexicano, y, por otro, que se destruyera “La Mezquitera” y se aniquilara la parti- cipación social de los vecinos de Tlaltizapán. De manera que, tomando en cuenta las parti- cularidades sociales e históricas que Tlaltizapán y sus habitantes han sorteado, podemos comentar que el proceso actual de imponer un tramo carre- tero, desdeñar los saberes y peticiones de la co- munidad, se enmarca en la colonialidad del poder. Por tanto, desde el caso de Tlaltizapán es perti- nente analizar cómo el INAH, en tanto que ins- titución de Estado, sigue reproduciendo el disposi- tivo colonial en la actualidad, dando su aval para el cuestionado desarrollo, pasando por encima de la participación social de las comunidades con las que se debería trabajar recíprocamente. La percepción y experiencia local respecto al INAH se expresa rememorando el papel jugado por sus funcionarios en este proceso: “ignoraron nuestras peticiones, cuando esperábamos repre-
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