Número 56

49 Por esta medio la comunidad civil de Tlal- tizapán, quienes nos ocupamos en las últi- mas semanas de llegar a un acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología del es- tado de Morelos, para tratar la permanencia de la recién zona arqueológica descubierta en los kilómetros 17 y 18, expresamos nues- tra inconformidad y repudio a la manera de cómo se ejecutó la destrucción de esta mis- ma. Es lamentable la forma en que se llevaron a cabo los sucesos, pues existió un acuerdo de palabra registrado en formato digital, en donde la Lic. Alma Rosa Cienfuegos expresó que: no se pasaría sobre ustedes…habrá un acuerdo bajo una mesa de trabajo…una mesa de dialogo. Es claro que no se cumplió un acuerdo pues la zona se destruyó sin previo aviso, ni tampoco nos comentaron sobre los resultados que se obtuvieron de la investiga- ción emanada de las excavaciones, este acto es un claro ejemplo de cómo se comienzan las tensiones entre instituciones y pueblo, cuando los primeros comenzaron con el atropellamiento a nuestro derecho al dialo- go, mismo que se traduce en VIOLENCIA. Si bien desde un principio los investigadores informaron que la zona pudiera estar vin- culada con la cultura teotihuacana, esta de- ducción nos hizo conscientes de que el sitio es de suma relevancia histórica para mesu- rar los alcances de la extensión del dominio Teotihuacano como lo fue Roma para Europa por citar un ejemplo, incluyendo el sentido de identidad y pertenencia pues creemos que pueden aportar datos acerca vinculados con nuestros ancestros, por lo cual desacre- ditamos la idea de que el hallazgo no es de relevancia alguna. También tenemos la certeza de que la mo- dernidad y patrimonio pueden convivir en conjunto como lo hacen otras naciones, e in- cluso fortalecen la economía de las poblacio- nes con las aportaciones generadas con los visitantes, sin embargo la acción de mutilar nuestro pasado arqueológico es un hecho de barbarie que expone a un INAH estatal como institución con decisiones sin criterio que necesita actualizarse y crear opciones que garanticen la permanecía de la ciencia, cultura, y urbanismo, pues en forma contra- ria citamos como ejemplo que en Cholula los investigadores protegieron su patrimonio oponiéndose a las obras en la inmediaciones de la pirámide que pudieron haberla dete- riorado, y solicitaron más aportación a la in- vestigación, fue una posición que bien pudo adoptar el INAH que nos representa. Sin em- bargo, ignoraron nuestras peticiones, cuan- do esperábamos representación, protección y conservación, alguna propuesta para que nos confirmara que el INAH es la institución que protege el patrimonio de los mexicanos. Queremos pensar que existe aún una forma de proteger y seguir investigando sobre los vestigios de Tlaltizapán, proponemos una opción como la existente Yautepec, en don- de la zona arqueológica convive y es parte de la urbanidad, de aquí optamos por propo- ner y no solo desacreditar, estamos abiertos a participar e involucrarnos, para salvaguar- dar en patrimonio no tan solo de los more- lenses, pues también es un fragmento de la historia del pueblo de México. Atentamente EL PUEBLO DE TLALTIZAPÁN DE ZAPATA MORELOS ANEXO 22 DE JULIO DE 2015 COMUNICADO

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