Número 56
55 está en todos lados, en todos los ámbitos y sus- tratos, y está ahí con un solo propósito: el de ser extraído y explotado sin pausa. ¿Se ha entonces de reeditar “El Tesoro del Pue- blo” y de hacerlo leer a diestra y siniestra? Tal vez, pero el foco en todo este asunto no es el fo- lleto en sí, sino el problemático contexto actual. Una pregunta pertinente es si a casi medio si- glo de la publicación que nos ocupa, siguen vi- gentes los conceptos de referencia o los princi- pios que proyectaba entonces. Si bien el Instituto Nacional de Antropología e Historia ha funcio- nado como un ordenador territorial basado en la presencia diferencial de vestigios arqueológicos, en la dimensión histórica de los territorios y en las diversas expresiones actuales de diversidad cultural, la intensificación del extractivismo ha disparado e intensificado las presiones exógenas en los territorios, aunque esas presiones de he- cho han existido a lo largo de la historia. El niño de un relato actualizado vive en ese contexto, que incluye además una precarización manifiesta en las tres instancias referenciales mencionadas: la familia, el ámbito educativo y el de la organización en colectividad. No solo la inseguridad actual en el país impacta a las tres instancias del relato en mayor o menor grado (¿quién iba a imaginar, por ejemplo, el cobro de ”derecho de piso” a una escuela primaria?): tam- bién la migración parental, el abandono progra- mado del campo, la condición precaria del profe- sorado y de los planes de estudio, y los embates contra la comunalidad misma constituyen, entre otros, condiciones favorables para la mercantili- zación de los recursos de todo tipo, para la trans- formación misma de la vida en un recurso y para el paso de lo dialógico a lo instrumental, es decir, de una lógica relacional a una lógica transaccional . Y si esa comunidad rural de la narrativa fuera la de Tlaltizapán, en Morelos, el hallazgo de la fi- gurilla sería, en síntesis, una mala broma. Porque los pobladores encontraron ahí figurillas y algo más: no solamente antiguas estructuras arqueo- lógicas, sino que se toparon con una institución
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