Número 57

Los espejos nos asustan. Todos tenemos la ra- zón. Y la razón, en tanto, como todos se la adju- dican, ha perdido la razón. Cada quien ve o cree ver a través del filtro de su agrado. Tenemos ana- listas políticos, comentaristas, opinadores que padecen, sin percatarse, de lo mismo que pade- cen aún los robots humanoides, cuya principal limitación técnica, hasta el momento no resuelta por los inventores de estos artefactos, pero por ellos reconocida, es que no entienden absoluta- mente nada de lo que dicen. Viñeta de Miguel Gila, en: https://valenciaplaza.com/el-humor-grafico-de-gila-surrealismo-corrosivo-contra-quienes-justificaban-lo-injustificable 3 Y la política propia del Nacional-Surrealismo es un juego de apuestas en la espera ansiosa y com- partida de ver cómo tropieza el otro, qué estupidez declara, qué barbaridad comete, y en esa espera, en que sin duda aparecen puntuales los esperados tropiezos, estupideces y barbaridades, los críticos inerciales también van practicando con método sus propios tropiezos, estupideces y barbaridades. En los extremos de esa amplia gama de fac- ciones del Nacional-Surrealismo, esos polos irreconciliables se encuentran ahora hermana-

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