Número 61

25 mado, así como la fuerza de trabajo que participa en su recuperación y separación, todos son facto- res que remiten a procesos históricos vinculados a resistencias sociales, legislaciones, conflictos o disputas de mercado, entre otros. Ese sistema de limpieza, compuesto por tuberías o albañales que reciben las aguas al interior de las viviendas y las conducen a las alcantarillas y atarjeas que a su vez desembocan en los emisores en donde se proce- sarían los desechos con plantas depuradoras, es un sistema que tiene una larga historia. El pasado de los desechos, de la basura, es la narración de cómo las grandes ciudades construyeron sistemas para recolectar los desperdicios humanos que, hasta las primeras décadas del siglo XX, referían a desechos orgánicos Esta historia corre paralela a la de la geometría urbana, pero también a la de décadas en las que la basura aludía, en su inmensa mayoría, a materia orgánica. Asimismo, el orden urbano corre para- lelo a la creación de un sistema de salud público y a un concepto de modernidad que infirió el ini- cio de la civilización urbana al abastecimiento de agua potable 13 y la construcción de un sistema de limpieza: construcción de atarjeas, cañerías, letri- nas, basureros, etcétera. Este modelo, que desde el siglo XIX y la mayor parte del XX la historio- grafía remitió al modelo francés haussmaniano, 13 La distribución del líquido fue una forma de control. Imponer prohibiciones, señalamientos, cancelaciones o supresiones de antiguas formas de usos del agua, entre otras cosas llevaron al drenado y sequía de lagos, lagunas o pantanos que muchas veces abastecían a poblaciones adyacentes. Periódico Oficial del Estado de Morelos, Acervo histórico del Instituto Nacional de Salud Pública. Foto: Marcela Dávalos, Mayo de 2019.

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