Número 61
31 demias. No obstante, el estado de Morelos apare- cía como una excepción. Al referir la “intensa campaña” que el Depar- tamento de Salubridad y otras instituciones 33 hacían por todo el país, se enlistó a Guanajuato, Guerrero, Querétaro y a ciudades como Puer- to México, Mérida, Campeche, Veracruz, Tepic, Huixtla-Chiapas, Puebla, Oriental 34 , Valle de Mez- quital-Tepeji del Río, Ixmiquilpan 35 , Nuevo Lare- do, Tampico, Agua Prieta, Morelia, San Luis Poto- sí, entre otros, sin embargo, Morelos no aparece en dicho reporte. ¿A qué se debió? ¿Acaso en Mo- relos la situación de “higiene pública se resolvió de manera singular? ¿Se prolongó en Morelos eso que los médicos calificaron como “costumbres in- veteradas”, así como el uso de las “fosas permea- bles”, calificadas como inaceptables? Sin duda, para aquellos actores vinculados a la higiene los gabinetes sanitarios o letrinas eran la solución para las zonas alejadas de las ciudades. No obstante, llama la atención que entre las con- clusiones de la Memoria de Salubridad se men- cionara que “la mortalidad general en el medio urbano es mayor que en el rural, en consecuen- cia, la ingeniería sanitaria, aunque debe com- prender en su acción ambos problemas, necesita atender preferentemente al del saneamiento ur- bano”. 36 Esta afirmación, invita a preguntarnos si se deriva de las encuestas inacabadas con las que contaron aquellos médicos, es decir, si se debe a que en ciudades como Cuernavaca se re- copilaron registros que en las áreas rurales fue- 33 Entre ellas la Dirección General de Agua Potable y Alcantari- llado DGAPA, que “tenía como función la construcción de los sistemas de agua potable y saneamiento en todo el país”, David Carreño, Relaciones de sistemas de alcantarillado con cauces y barrancas en la ciudad de Cuernava- ca, Morelos , “Cap. 5, Caracterización de los sistemas de alcantarillado del municipio de Cuernavaca”, Tesis Facultad de Ingeniería, UNAM, Abril de 2011, p.107. Consultado 26/10/2019 34 Aquí “se hizo un estudio” para la “instalación de fosas sépticas, como único medio económico para sanear el lugar, teniéndose en cuenta que la construcción de un colector y de atarjeas, resulta demasiado costosa para las posibilidades económicas del poblado”. Memoria del Primer Con- greso Nacional de Salubridad y Asistencia , Tomo I, México, 1948, p.340 35 Donde, por el “peligro que ofrecen las lagunas del Rancho de la Media Luna, por constituir, en tiempo de lluvias, criaderos de moscos anofélicos”, se ordenó “al dueño de dicho rancho la desecación de las la- gunas”. El abastecimiento con pozos artesianos era común en pueblos y barrios cercanos a la ciudad de México. En el Norte existían “plantas de depuración” Memoria del Primer Congreso Nacional de Salubridad y Asisten- cia, Tomo I, México, 1948, p.341-342 36 Memoria del Primer Congreso Nacional de Salubridad y Asisten- cia , Tomo I, México, 1948, pp. 190-209 ron casi inexistentes, o bien si epidemias como la uncinariasis, por ejemplo, no fueron factores de gran peligro, tal como lo señalaron los higie- nistas. Asimismo, a reserva de que queda pen- diente una investigación sobre la extensión de desagües y alcantarillados construidos para las primeras décadas del siglo XX en Cuernavaca, lo anteriormente expuesto apunta a que en la capi- tal de Morelos predominaron normas distintas a las proyectadas. La década de los treinta del siglo XX fue un momento clave en la aplicación de esas políticas sanitarias. Cómo y en qué zonas de la capital de Morelos se construyó ese sistema de limpieza urbana no es del todo claro. Es decir, hacer la historia de esa infraestructura que serviría para desaguar las “aguas negras” o abastecer de agua potable a la población, así como del destino y acarreo a que debían sujetarse las basuras, es un pendiente a investigar. No obstante esto, diver- sas referencias dejan ver un acuerdo social que, hasta la actualidad, consensa el uso de las ba- rrancas y fosas sépticas como parte importante del sistema de desagüe. 37 Cuernavaca y Morelos invitan por tanto a reflexionar sobre la posibili- dad de un orden de salubridad urbano distinto al de la llamada “dictadura sanitaria” 38 , es decir, apuntaría a suponer que la capital morelense po- dría haber apuntado a una opción distinta a la que predominó en gran parte de las capitales. El proceso histórico de Cuernavaca sugeriría, por tanto, mejorar el sistema de fosas sépticas, letri- nas o uso de las excretas urbanas, es decir, diri- gir la tecnología en parámetros alternativos para procesar las excretas urbanas. 37 David Carreño Nicolás, Relaciones de sistemas de alcantarillado con cauces y barrancas en la ciudad de Cuernavaca, Morelos , Tesis para ob- tener el título dQe Ingeniero Civil, México, UNAM/Facultad de Ingeniería, 2011. Alicia Batllori Guerrero, Las barrancas de Morelos. Enfoque educativo para un cambio de comportamiento de los moradore s, Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, México, UNAM, 1999. Juan Hernández Garduño, Evaluación de la actividad turística en un espacio urbano, caso de estudio: Barranca de Amanalco, Cuernavaca, Morelos , Tesis Maestro en Ciencias con especialidad en Medio Ambiente y desarrollo integrado, IPN/ Centro Interdisciplinario de Investigaciones y estudios sobre medio am- biente y desarrollo (CIIEMAD), 2008. 38 Cfr. Ernesto Aréchiga Córdoba, “Educación, propaganda o ‘dic- tadura sanitaria’. Estrategias discursivas de higiene y salubridad públicas en el México Posrevolucionario, 1917-1945”, Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México , No. 33, Enero-junio 2007
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