Número 61
36 como un elemento que al ser subsumido a la ló- gica mercantil se despoja al hombre mismo de su propia fuerza de trabajo y aparece como “dada”, “natural” e “inevitable” la condición de subordi- nación y dependencia al capital. Este fenómeno al que también va aparejado el proceso de subor- dinación del valor de uso al valor de cambio que caracteriza a este proyecto civilizatorio, podre- mos comprender el tipo de relación sociedad-na- turaleza que intenta superponerse a otras formas de relación material y simbólica para la produc- ción y reproducción de la vida. Bolívar Echeverría es uno de los que ha insisti- do en recuperar la noción de forma social natural 4 4 “El proyecto originario de simbolización consiste justamente en un tras- cender la articulación espontánea que el comportamiento animal, como característica de toda sociedad humana y el valor de uso del discurso crítico de Marx en los que no se puede separar la dimensión material y simbó- lica de la práctica humana en la que se constituye y reproduce a sí misma. Organizar socialmente la satisfacción de necesidades implica la realización de un proceso civilizatorio determinado: La apropiación de la naturaleza por el sujeto so- cial es simultáneamente una autotransforma- ción del sujeto. Producir y consumir objetos es producir y consumir significaciones. Producir el estrato profundo del comportamiento humano, establece entre los fenó- menos naturales externos a su vida orgánica y la presencia de los mismos en tanto que funcionalizados para la reproducción de su principio de orga- nicidad vital. El proceso de vida animal entrega al proceso de vida humana una “protoforma” de la naturaleza; la existencia humana convierte a ésta en la sustancia de la forma social-natural” (Echeverría 2012, 188). Cultivo de maíz en Yepó, Chihuahua, 2008. Foto de la autora.
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