Número 61
37 comunicar ( mitteilen ) proponer a otro un valor de uso de la naturaleza; consumir es interpretar ( auslegen ), validar ese valor de uso encontrado por otro. Apropiarse de la naturaleza es conver- tirla en significativa (Echeverría 2012, 181-182). La práctica y significación están relacionadas con la apropiación como una actividad vital que permite la producción y reproducción social. En ese proceso va implícita la voluntad, y por tanto, la capacidad de creación y transformación que obedece al mismo tiempo a una formación socio histórica determinada. Bajo una forma determi- nada como es el capitalismo, que subordina lo cualitativo a lo cuantitativo, la apropiación se transforma en un mecanismo que separa y vuel- ve extraño al trabajo de su potencia productiva y creadora que es el ser humano. Las relaciones de producción/consumo apa- recen aquí [en el modo de reproducción social capitalista] como una entidad realmente exte- rior al sujeto, dotada de capacidad formadora. Enajenándose la vida en que se constituye la “forma natural” de la sociedad, se vuelven sobre ella y la obligan a de-formar su actualización de la estructura del proceso de reproducción social (Echeverría, 2012: 158-159). Jorge Veraza (2012), al reflexionar sobre la teoría del valor y el desarrollo de las fuerzas pro- ductivas brinda algunas luces sobre el metabolis- mo entre sociedad y naturaleza ante las confi- guraciones y reconfiguraciones del capitalismo y como esta simbiosis se ha distorsionado y desar- ticulado a tal punto que lo que encontramos son agudos síntomas de los límites ambientales, un desastre provocado precisamente por una lógica de acumulación a cualquier costo, y una raciona- lidad totalmente delirante. La actualidad explica- tiva de la contradicción capital/trabajo a través de la subsunción formal y la subsunción real del proceso de trabajo en el capitalismo nos permite comprender a profundidad la crisis civilizatoria que padecemos. En este sentido, el autor recupe- ra la definición de fuerzas productivas como ele- mentos que permiten producir y reproducir so- cialmente la vida, y en ese movimiento vital, se producen medios de subsistencia y nuevos seres humanos (Veraza 2012, 306), así que la potencia analítica del desarrollo de las fuerzas producti- vas técnicas y procreativas implica la reflexión sobre una doble relación natural y social, ya que cualquier modo de producción implica un modo de organización social que determina al mismo tiempo las relaciones humanas. Consideramos pertinente el aporte analítico de este autor sobre la subsunción del proceso de tra- bajo en el capital, ya que la subsunción formal es el mecanismo por el que el trabajo vivo, latente y creativo es cercado y explotado de acuerdo a la ló- gica de acumulación capitalista para expandirse y producir más capital, transfigurando la forma -la exterioridad- de las formas del trabajo; y la sub- sunción real reproduce al capital integralmente, naturalizando la explotación, el despojo, la vio- lencia y la deshumanización de la que hemos sido testigos en estos tiempos como el colofón de un modo de producción y por lo tanto de relación que desde su origen apuesta por la desvinculación sociedad -naturaleza desinflando la capacidad y potencialidad de la autogestión y organización en común para la producción y reproducción de la vida, es decir, transfigura el sentido –la interiori- dad- de las formas de trabajo. Esto no lo debemos perder de vista, pues se puede perder la brújula en las consecuencias y dejar de lado la fuente o aquello que le da ori- gen: la racionalidad instrumental capitalista que legitima el orden existente naturalizando el so- metimiento y el dominio del ser humano sobre el otro y la otra; así como sobre la naturaleza; implanta la atomización de los saberes; y presen- ta como progreso e inclusión la mercantilización de lo que encuentra a su paso. Esta racionalidad subsume lo útil para la reproducción social al ré- gimen de la acumulación, y en este proceso, tam- bién tiene la capacidad de crear necesidades fic- ticias de acuerdo a sus intereses. El capitalismo tiene una extraordinaria capacidad de metamor- fosis y ajuste frente a múltiples interpelaciones para continuar afirmándose; pero esto no impli- ca que sea infranqueable. Operar nuevas formas
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