Número 61
38 de trabajo fundadas en la forma social natural y determinadas por el valor de uso nos posibilitará la superación de las contradicciones originarias del capital y, con ello, la negación del mismo por nuestra propia afirmación consciente. Es una ta- rea difícil, sin embargo, movimientos y organi- zaciones sociales nos demuestran su posibilidad. La aproximación a la contradicción capital/ trabajo que Marx desarrolla desde el siglo XIX, nos permite ubicar un punto fundamental para comprender la profundidad de esta separación que impone el capitalismo entre naturaleza y sociedad a través del proceso de subsunción del trabajo al capital, y que aún consideramos útil para el análisis. Es decir, hay una apropiación de la fuerza de trabajo que se convierte en mercan- cía y ese potencial transformador se presenta como extraño y “dado”. Por lo tanto, el proceso de valorización donde se abstraen los valores de uso mediados por el trabajo 5 el cual se disocia y subsume al valor de cambio, da cuenta de esta transferencia de valor contenida en la mercancía bajo el capitalismo. Esta reducción del trabajo en unidad de medida que se da en una relación en términos cuantitativos forzadamente equivalen- tes oculta la relación social de explotación que permite una aparente correspondencia. Lo misterioso de la forma mercantil, consiste sencillamente, pues, en que la misma refleja ante los hombres el carácter social de su propio trabajo como caracteres objetivos inherentes a los productos del trabajo, como propiedades so- ciales naturales de dichas cosas, y, por ende, en que también refleja la relación social que media entre los productores y el trabajo global, como una relación social entre los objetos, existente al margen de los productores (Marx 2007, 88). En este sentido, este proceso de valorización históricamente situado, opera en el ser humano desdibujando la potencia creativa de su volun- tad transfigurando la relación entre sociedad y 5 Una cosa puede ser valor de uso y no ser valor […] Una cosa puede ser útil, y además producto del trabajo humano, y no ser mercancía […] Para transformarse en mercancía el producto ha de transferirse a través del in- tercambio a quien se sirve de él como valor de uso (Marx 2007, 50). naturaleza. El proceso de valorización entendido también como proceso de apropiación, es decir, como mecanismo de alienación introyectado y reproducido bajo la forma mercantil, es la fuente de la contradicción entre capital y trabajo, cues- tión indispensable para comprender problemáti- cas socioambientales. La relación metabólica sociedad-naturaleza se regula a través del trabajo humano, y en el capi- talismo, a la capacidad viva del trabajo se le con- trapone la ajenidad de las condiciones objetivas del trabajo (Marx 2009, 413). El mismo Marx al hablar de las formas que preceden a la produc- ción capitalista, muestra como constante el pun- to nodal donde los individuos no son trabajado- res desposeídos, sino propietarios o poseedores en tanto miembros de una entidad comunitaria y que al mismo tiempo trabajan, ya que el objetivo no es la creación de valor, sino el mantenimiento de la propiedad individual, la familia y la entidad comunitaria (2009, 435). Al reflexionar sobre las trayectorias y choques del metabolismo entre sociedad y naturaleza, es necesario pensar en la espacialidad social como un elemento dinámico que articula práctica, pen- samiento, acción y materia (Calderón y León 2011, 12) por lo tanto, su análisis permite profun- dizar en el proceso de valorización, que también es apropiación, ya que los proyectos y procesos civilizatorios se territorializan, y estos implica toda una cosmovisión, saber y práctica sobre el espacio geográfico que en la mayoría de las oca- siones choca con la visión instrumental moder- na capitalista que separa y expropia el valor de la riqueza natural y humana materializándose en el cercamiento de los bienes naturales comunes: […] La producción social del espacio ha servi- do al capitalismo para ser como es y cómo en él se expresa también la crisis de la época que vivimos y cada una de sus manifestaciones […]El reto es cómo liberar hoy al espacio del mandato de la existencia abstracta de la producción de valor. Cómo rescatarlo como instrumento po- lítico y ponerlo en las manos de quien trabaja para la superación del capitalismo en la vida ob- jetiva comunitaria (Calderón y León 2011, 14).
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