Número 61

43 tanto frecuentes crisis; la superación de las mis- mas requiere constantemente una profundización de los medios de acumulación dado el desarrollo de las fuerzas productivas, donde el despojo y la explotación forman parte de un mismo proceso. Sobre esta misma idea, Werner Bonefeld (2012) refuerza el planteamiento de que este divorcio entre la propiedad de los medios de producción y el productor no solo es una premisa histórica de las relaciones capitalistas sino, de un modo importante, condición orgánica y supuesto de la explotación capitalista del trabajo, por lo tanto, impacta la constitución de la sociedad a través de la cual subsiste. Entonces no solo estamos hablan- do de una situación meramente económica sino también cultural, así que la idea de reproducción ampliada de este acto fundante, de este proceso de escisión basado en despojo, adquiere una con- sistencia explicativa que abarca una totalidad re- lacional entre el mundo biofísico y simbólico de las relaciones sociales, profundo y diversificado donde lo político adquiere suma importancia. En este sentido, no puede comprenderse la acumulación originaria y su carácter fundante y continuo sin seguir la trayectoria histórica de los elementos que permitieron el establecimiento de un modo de producción y una forma de vida que impactó no sólo las condiciones materiales, sino también formas de socialidad humana. Así que ahora nos encontramos con la expansión e inten- sificación de los cercamientos que profundizan la explotación dado el desarrollo de las fuerzas productivas cuestión que “implica la anulación creciente de los derechos básicos de los pue- blos que no habían sido del todo integrados al proceso de mundialización”(Galafassi 2012,4) expandiendo las fronteras de la acumulación ejemplificadas en la actividades mineras o en los agronegocios, pero también en la construcción de complejos turísticos o la adecuación de áreas protegidas para actividades extractivas, recreati- vas o de investigación anteponiéndolas a los sa- beres, prácticas y usos del medio ecológico por parte de poblaciones indígenas y campesinas. El despojo como acto fundante y continuo en el capitalismo lleva a cabo diversos mecanismos y estrategias que pueden matizarlo, hacerlo me- nos explícito como en el caso del turismo sus- tentable o las políticas de conservación, pero no quitarle su carácter agresivo y de explotación. Nos encontramos entonces con un desdobla- miento expropiatorio donde la patrimonializa- ción, el cercamiento, el desplazamiento, jerar- quización y valorización material y simbólica de acuerdo a una lógica instrumental, así como la subestimación de los saberes empíricos al saber científico forman parte de un despliegue integral expropiatorio. Una separación entre la produc- ción de mercancías y de la reproducción de la fuerza de trabajo dieron pie a una jerarquización racial y sexual que respondía a los requerimien- tos de la acumulación. Así, la degradación social es fundamental para la acumulación de capital, es decir, la pauperización y proletarización es paralela a la acumulación de la riqueza (Federici 2011), si perdemos esto de vista no dimensiona- remos la capacidad destructora de un modo de producción que es al mismo tiempo un proyecto civilizatorio específico. También es importante retomar el aporte de esta autora en el sentido de comprender el amplio espectro al que llegan es- tas separaciones interviniendo, disciplinando y criminalizando la capacidad de decisión no solo sobre los medios exteriores de subsistencia, sino también de reproducción de la vida, donde el pa- pel de las mujeres no debe soslayarse, al contra- rio, es fundamental para comprender el grado de violencia y criminalización que permeó hasta lo más profundo, por ejemplo, la decisión sobre el propio cuerpo. En este sentido, la propuesta de Mies y Shiva (1998) es fundamental, respecto a la necesidad de recuperar la autonomía y la se- guridad de la subsistencia a través de una mayor independencia en el ámbito ecológico, social y económico ante las fuerzas del mercado a través de la organización social y la recuperación de sus conocimientos y técnicas de subsistencia. El modo de producción capitalista impone un tipo de metabolismo entre sociedad y naturaleza de disociación integral que genera efectos más allá del aprovechamiento de la tierra (suelo, agua, biodiversidad) alienando a los productores de sus

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