Número 64

12 1.La importancia de la comida en la vida humana. La comida es parte de los ciclos de vida de los individuos, de la religión, del trabajo, de las tra- diciones y de las festividades, identifica las horas del día, tiene que ver con la posición del sujeto en su comunidad, con sus recuerdos y experiencias corporales y es lo más importante para la vida y la salud de todos los pueblos del mundo. La comi- da es más que simple alimento para la reproduc- ción del grupo humano, nos da lugar y pertenen- cia, conforma nuestro mundo simbólico, ritual, como generadora de mitos y ceremonias, en las normas de convivencia, en la tradición: Los hábitos de comida están entre los más du- rables que conocemos. Aprendidos temprana- mente y en compañía de quienes amamos y de quienes dependemos son los más difíciles de transformar. Sin embargo, se dan cambios debi- do a que es necesario entender que también hay otros factores que intervienen en ese sistema, además del gusto, emulación, novedad, identifi- cación con fuentes externas de poder, el mito de ahorrar tiempo, el deseo de participar en lo que se ha llamado modernidad y muchas más cosas están involucradas [Mintz, 1994:7] La comida es resultado de la actividad del hom- bre en sociedad desde hace cuando menos 3.5 millones de años, es decir, es un producto his- tórico-cultural que revitaliza y afecta recursiva- mente al hombre y a la sociedad” [Cervantes, 2006:178]. A través de la comida se establece, se man- tiene la vida social humana, las relaciones in- terpersonales y la reciprocidad. También estas prácticas son importantes en la diferenciación de los grupos, en marcar las diferencias socia- les. Finalmente, como comentan Contreras y Gracia, “somos lo que comemos” [2005:215]. Por otro lado, comer también es un proceso complejo ya que está implicado e implica las re- laciones sociales, la pertenencia histórico-cul- tural a su grupo y los recursos disponibles del entorno. Cada cultura crea sus propios símbo- los y se los atribuye a los alimentos, es decir, los simboliza. Además el individuo no come de todo, come solo lo que su grupo familiar y so- cial le ha enseñado, lo que su cultura le indica [Mintz, 1999]: La cocina constituye un aspecto de la cultura que identifica a un pueblo tanto como su len- gua común, siendo lengua y cocina los rasgos culturales más cohesionantes y resistentes en cualquier sociedad, los que sobreviven mejor a la emigración o a la dominación política extran- jera. Incluso, a veces, la cocina es un referente identitario más poderoso que el idioma [Iturria- ga, 2002:83]. 2. El Hambre, sus consecuencias en la salud “La privación sostenida e intensa del suficiente alimento, el hambre, produce alteraciones ana- tómicas en todos los órganos, con disminución del peso de los mismos, pérdida paulatina de ca- pacidad funcional y atrofia progresiva…en oca- siones la muerte, la tuberculosis y la neumonía” [De Arpe, 2009:111] Los investigadores Farb y Armelagos opinan de modo más extenso acerca del hambre, …el hambre afecta cada sistema del cuerpo hu- mano. Produce diarreas y otros problemas del tracto digestivo, hipertensión y el colapso del sistema circulatorio, una disminución en la toma de oxígeno y del sistema respiratorio, una dis- minución en la fuerza y el control de los movi- mientos de los miembros del cuerpo goberna- dos por el sistema neuromuscular, incremento de la vulnerabilidad a los cambios de tempera- tura ya que el sistema termorregulador falla. La desorganización del sistema biológico es tal que parece imposible para el cuerpo sobrevivir sin comida por largo tiempo [Farb y Armelagos, 1980:211]. Las consecuencias físicas y orgánicas del hambre son complejas; no se limitan a expresar- se en el cuerpo humano solamente en forma de mecanismos metabólicos y fisiológicos, sino que detonan una serie de comportamientos que im- pactan en la salud y en la sociedad.

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