Número 64

36 Puebla y Estado de México; también una breve porción de Veracruz; la mayor parte de la super- ficie de Hidalgo y la totalidad de Tlaxcala y el Valle de México. Otras Migraciones Después de que esta primera oleada de migran- tes se establece de manera permanente en Te- nayuca, otros grupos arriban al Valle de México, probablemente apoyándose en la estabilidad al- canzada por los grupos de Xólotl, a quien solici- tan tierras para asentarse, ofreciendo a cambio lealtad y tributo. Ixtlilxóchitl (1975:297) menciona que des- pués de algunos años de gobierno llegaron ante Xólotl otro grupo de chichimecas. En el año “1 Casa” llega Xicotecua; al año siguiente en “2 Co- nejo” arriban Xicotzonecua y Zacatitechcochi; le siguieron Huitzhuaxtzin o Huihuatzin en “4 Pe- dernal”, Tepozotecua en “5 Casa” y el último fue Itzcuintecua en el “6 Conejo”. Estos migrantes venían acompañados de sus familias y vasallos. Dado que eran nómadas les concedió un territo- rio alejado de la capital y les pidió tributo, para que cercaran el espacio destinado a la caza, otor- gándoles menos libertades que a otros grupos, ante el temor de que fueran a sublevarse. Según el códice fundaron Tepetlaoztoc, Oztoticpac y Tezayucan. Tiempo después habría fuertes en- frentamientos entre estos grupos en contra de Xólotl y sus descendientes, cuando unas tribus se negaron a dejar su vida trashumante y otros aceptaron el sedentarismo, por lo que fue nece- sario establecer una frontera entre estos grupos, que se mantenían en constantes disputas. Por otro lado, se representa a tres capitanes guiando a sus respectivos pueblos (Mohar, 2004: 47) procedentes de Mixhuacan. Se trata de Acul- hua, jefe de los tepanecas, Chiconcuauh, líder de un grupo Otomí y Tzontecomatl, cabecilla de los aculhuas. Llegaron en el año ”I técpatl”. Frente a ellos, en Tenayuca se encuentran Tomiyauh y Xólotl quienes los recibe con bene- y Totolapan (Gómez, 2011: 35). Los cargos militares de chichimecateuhtli que se mencionan en varios documentos coloniales relacionados con los al- tepetl de Morelos están relacionados con esa etapa histórica. plácito por ser “gente política y de buen gobier- no”, y les otorga tierras; a los dos primeros les da en matrimonio a sus dos hijas, y al tercero la hija del señor de Tlalmanalco; de tal manera que el primero se asentó y pobló Azcapotzalco; el segundo Xaltocan y el tercero Acohuatlychan Acolhuacan (Ixtlilxochitl, 1975: 299-300). Otra migración estaba integrada por un nu- meroso contingente que procedía de la Mixteca, entró por la ruta de Chalco durante el gobierno de Quinatzin en el año “4 Acatl”. Este éxodo era el de los Tlailotlaque, que venían acaudillados por Aztlatlitexcan e Itenpantzin, quienes solici- tan ser aceptados a cambio de obediencia y pago tributario. Este grupo practicaba artes científi- cas, eran sabios, astrólogos y diestros en el “arte de pintar y hacer historias”, ya que eran expertos en la manufactura de los códices. El gobernante ya establecido en Tetzcoco como segunda sede del poder y del dominio chichimeca después de Tenayuca, les concedió tierras cercanas a la ca- pital, estableciendo de este modo el barrio de- nominado Tlaylotlacan (Ixtlilxóchitl, 1975: 315; Dibble,1980: 62). Una siguiente oleada de migrantes fue refe- rida tanto en el Códice Xólotl como en el Mapa Quinatzin , sin embargo existe una confusión cronológica necesaria de precisar. Según Dibble (1980: 62) en el Mapa Quinatzin se indica que tanto los tlailotlaque como los chimalpaneca lle- garon en el “10 calli”, pero difiere en seis años posteriores a los que da el Códice Xólotl , y señala que en este documento los grupos en cuestión llegaron por separado. 5 Estudios contemporáneos hacen coincidir las fechas y la llegada por separado. Se señala que los chimalpaneca arribaron al Acolhuacan en el año “I tochtli” guiados por Xiloquetzin y Tlacateotzin, acompañados de vasallos y sus fa- milias; el lugar de procedencia aún es incierto, pero es posible afirmar que venían huyendo de Coatepec -probablemente su lugar de origen- en donde recibían constantes presiones por parte 5 Su aclaración es pertinente en tanto el trabajo de Charles Dibble en su primera edición está fechado en 1951 y el de Mohar en el año de 2004. En este tiempo fue posible conciliar la información.

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